En una excursión organizada
por el Centro Excursionista Ribagorza fuera de su programa oficial, trece
miembros del club grausino ascendimos el pasado domingo al Pico Estós o Tuca
Dallíu, en el valle de Benasque. Por su privilegiada situación entre los valles
de Literola y Estós, la Tuca Dallíu, de 2532 m. de altitud, es un excepcional
mirador que permite contemplar extraordinarias vistas de los tres principales
macizos montañosos del valle: Posets o Llardana, Perdiguero y Maladetas y
Aneto.
La mayor parte de los participantes en la actividad
salimos de Graus a las 6.30 horas, para dirigirnos con nuestros vehículos hasta
Benasque y continuar por la A-139 en dirección a Llanos del Hospital. Antes de
llegar a este lugar, aparcamos nuestros coches en una pequeña explanada a la
derecha de la carretera, justo a la entrada al valle de Literola, señalizada a
la izquierda de la calzada y situada a 1620 m. de altitud. El valle de Literola
está formado por el barranco del mismo nombre, un afluente del río Ésera por su
margen derecha.
Algo antes de las ocho, y con una temperatura bastante
baja, comenzamos la excursión andando, siguiendo los indicadores y
adentrándonos en el valle de Literola por una zona boscosa de pinos y abetos.
En pocos minutos, salimos a zona abierta, donde recibimos con alivio los
primeros rayos de sol. El astro rey ya nos acompañaría durante toda la
excursión y la temperatura fue subiendo con rapidez, obligándonos a
desprendernos de la ropa de abrigo que habíamos necesitado al inicio del
recorrido.
El sendero asciende por el centro del valle, con el
barranco de Literola a nuestra izquierda. Es el mismo itinerario que lleva al
ibón blanco de Literola y al pico Perdiguero que, con su hermano pequeño Perdigueret
en primer plano, iba asomando ante nosotros en lo alto del valle. Sin embargo,
en un cruce de caminos señalizado, nosotros dejamos el sendero principal para
girar a la izquierda y dirigirnos a la pequeña cabaña pastoril de Literola o
del Forcallo. Descendimos hacia el barranco, que cruzamos por un puente de
madera, y llegamos a la cabaña, rodeada de un espacio de plantas, ahora bajas,
de intenso color verde. Pasado este oasis de verdor, iniciamos la ascensión
hacia el collado de Dallíu. Tras una zona más pedregosa pero con tramos también
herbosos, alcanzamos el collado, ya a 2365 m. de altitud, y situado en la
divisoria de los valles de Literola y Estós.
En este punto hicimos una pequeña parada para contemplar las
extraordinarias vistas que se abrían ante nosotros en una mañana soleada, de cielos limpios y azules. Destacaba el macizo
de Posets, con algunas nieves nuevas caídas el día anterior. A la derecha del
collado, se eleva el Turó del Frontonet, de 2420 m. de altitud. A la izquierda,
nuestro objetivo: el Pico Estós o Tuca Dallíu, de 2532 m., cuya ascensión final
emprendimos con decisión. La subida es corta, y aunque empinada al principio y
con algo de piedra suelta, no ofrece grandes dificultades para quien esté
acostumbrado a la montaña. En poco rato, llegamos todos a la amplia cima del
pico, donde repusimos fuerzas, hicimos algunas fotos y contemplamos las
amplísimas panorámicas que se divisan desde esta extraordinaria atalaya.
En el descenso, y a la vuelta, repetimos el mismo
itinerario que a la ida. El recorrido total fue de algo más de 10 km, con 922
m. de desnivel acumulado. Nos costó alrededor de cinco horas con la larga
parada en la cima. Fue una magnífica mañana de montaña.
(Excursión del 19 de septiembre de 2021)
Artículo publicado en Diario del Alto Aragón
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