Con solamente cinco novelas –cuatro
de las cuales han sido reseñadas en esta sección– y varios ensayos, Marilynne
Robinson (Sandpoint, Idaho, 1943) se ha convertido en una de las más
importantes e influyentes escritoras estadounidenses actuales. Doctora en Literatura
inglesa por la Universidad de Washington, ha compaginado una extensa
trayectoria profesional en el mundo de la docencia con su faceta investigadora
y ensayística y ha publicado numerosos artículos en Harpers, The Paris Review y
The New York Times Book Review.
Con su
primera novela, “Vida hogareña”, publicada en 1980, fue finalista del Premio Pulitzer.
Veinticuatro años después, vio la luz su segunda novela, que encumbró
definitivamente a Robinson: “Gilead”, el testimonio de un pastor metodista en una
pequeña localidad de Iowa, narrada en clave epistolar a su hijo de siete años,
que fue galardonada, entre otros, con el premio Pulitzer 2005. En 2008 publicó “En
casa”, cuya acción es contemporánea a “Gilead” y la complementa. En 2015,
apareció “Lila”, la historia de la segunda mujer del pastor protagonista de “Gilead”.
Ahora, dentro de la misma saga iniciada con “Gilead”, se acaba de publicar
“Jack” que, como todas las anteriores, ha sido editada en España por Galaxia
Gutenberg, con traducción del inglés a cargo de Vicente Campos.
Aunque
forma parte de la saga iniciada con “Gilead”, y se entiende mejor en el
contexto de las demás novelas de la serie, “Jack” puede leerse de manera
independiente. El protagonista del relato es John Ames Boughton, conocido como
Jack, el hijo pródigo del reverendo Boughton, que abandonó el
hogar familiar de la ficticia Gilead en Iowa y ahora malvive en la ciudad de
Saint Louis, en el estado de Missouri, como un vagabundo alcoholizado y de
carácter autodestructivo, aunque sin abandonar las formas educadas y su afición
a la poesía y los libros. Hospedado en una mísera pensión, sobrevive a base de
pequeños hurtos y trabajillos eventuales y con la periódica ayuda económica de
su hermano Teddy. De manera casual, conoce a Della Miles, una joven negra,
profesora de un instituto y también hija de un pastor protestante. Obligados a
pasar accidentalmente una noche entera encerrados en un cementerio, Jack y
Della inician una difícil relación sentimental llena de obstáculos. La novela
transcurre en la década de los años 50 del pasado siglo XX, en una zona aún muy
segregacionista y racista, donde las relaciones interraciales entre un blanco y
una negra no estaban nada bien vistas.
Marilynne
Robinson muestra de nuevo su maestría en la creación de personajes y en su
tendencia a profundizar en sus perfiles psicológicos. Esto ocurre sobre todo
con Jack, un hombre atormentado y pesimista al que la mala suerte en la vida le
ha arrebatado la confianza en sí mismo. La narradora ahonda, a veces casi en
exceso, en sus propios y siempre oscuros pensamientos. No ocurre así con Della,
una mujer resuelta, decidida y valiente, cuyo carácter se describe simplemente
a través de sus palabras y sus acciones. Los demás personajes de la novela son
muy secundarios respecto a esta pareja protagonista, muy potente desde el punto
de vista literario.
El
estilo de Robinson ha sido calificado por algunos críticos como “realismo
cósmico”, pues a la autora le interesan tanto la psicología de los personajes
como la teología, la literatura o la historia. Sorprende el manejo que Jack y
Della tienen de obras como “Hamlet”, de algunos poetas estadounidenses y de los
textos bíblicos, aunque, no en balde, ambos son hijos de predicadores. Como ha
dicho la propia autora en alguna entrevista, el tema de fondo es “¿Puede
cambiar la gente? ¿Es posible aprovechar la oportunidad de manifestar otra
parte de tu carácter? ¿Puedes aceptar la gracia de haber sido aceptado por
alguien, con tus fallos?”. Sin duda, la novela destaca el efecto redentor
que para Jack tiene haber conocido a Della.
Escribe Alejandro Palomas que “Marilynne Robinson es la gran autora contemporánea sobre cosas que no tienen nada que ver contigo. La gracia, la salvación, aquellos versículos de San Mateo, la contención, ser buenos, ser humildes, lo apofáctico (sic), batistas, presbiterianos, metodistas… Con estas desconcertantes coordenadas traza sus historias la escritora norteamericana, tan ajena a Twitter, Amazon, el cambio climático y el género electivo, tan distante del titular del día y la política caudal, que ya es raro que tenga un solo lector en el mundo, o un solo editor”.
Tal vez precisamente por eso a algunos nos
gusta tanto esta autora. Y su prestigio literario y su influencia no paren de
crecer en los círculos literarios más exigentes. La lástima es que se prodigue
tan poco, pero Robinson trabaja a fondo sus textos y no parece tener prisa en
publicarlos. Por eso, sus relatos tienen el sabor de aquello que se ha cocinado
a fuego lento, dedicándole el tiempo necesario para que el resultado final sean
unos libros bien elaborados, que satisfagan a los paladares literarios más
exquisitos.
“Jack”.
Marilynne Robinson. Galaxia Gutenberg. 2021.
336 páginas.
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