Betesa es una pequeña localidad ribagorzana situada a una
altitud de 1150 metros en la vertiente oriental de la sierra de Sis, muy cerca
de los límites altoaragoneses con la comunidad catalana. Aunque en tiempos
pasados fue cabeza de un municipio propio que incluía los núcleos vecinos de
Els Molins, Santa Eulalia y Obís, hoy sus escasos habitantes pertenecen al
extenso municipio de Arén. Pasada esta población en dirección al norte, un poco
más arriba de Sopeira, donde se encuentra el otrora influyente monasterio de
Alaón, un desvío a la izquierda de la carretera N-230 nos lleva en unos seis
kilómetros hasta esta bonita y acogedora localidad cargada de historia.
El
caserío de Betesa tiene una clara estructura medieval. La única calle del
pueblo se dispone en torno a un peñasco, en lo alto del cual se levantaba el
antiguo castillo fortaleza del que prácticamente no quedan restos. La iglesia
parroquial, dedicada a San Juan Evangelista, se encuentra separada del conjunto
de la población. Tiene orígenes románicos aunque con muchas modificaciones
posteriores, principalmente del siglo XVIII. Destaca su alta torre prismática
de cuatro plantas que se eleva sobre la actual puerta de entrada al templo.
Resulta realmente atractiva la estampa que recibe al excursionista que llega a
Betesa, con la iglesia y su elevada torre destacando en primer plano sobre un
caserío apiñado bajo el promontorio rocoso que lo protege.
De
Betesa parte el PR-HU245, un sendero de pequeño recorrido que nos permite
realizar sin demasiado esfuerzo una atractiva excursión circular por algunos de
los lugares más interesantes de este antiguo municipio. A una media hora
andando desde Betesa se encuentra la ermita de Regatell, una construcción
románica, posiblemente del siglo XII, de planta rectangular, bóveda de cañón y
ábside semicircular orientado al este. La puerta de acceso se abre en su muro
meridional; tres hileras por encima de la clave de su arco de medio punto puede
pasar inadvertido un sillar con un crismón esculpido colocado en posición
invertida. En el tejado del semicírculo absidal faltan las losas originales y
se ha dejado al descubierto una capa impermeable de color oscuro, colocada para
evitar que las humedades traspasen al interior del templo. Procedente de esta
ermita es el famoso frontal conocido como de la Virgen de la Leche que se encuentra en el
Museo Nacional de Arte de Cataluña, a donde llegó desde una colección privada.
Se trata de una pintura sobre una tabla dividida en cinco compartimentos. En el
central y más grande se muestra una figura de la Virgen María en posición
sedente amamantando al Niño con uno de sus pechos. Los cuatro compartimentos
laterales contienen escenas de la Anunciación , la Natividad , la Adoración de los Reyes
Magos y el Anuncio a los pastores. El frontal ha sido fechado por los expertos
en la segunda mitad del siglo XIII. A la ermita de la Virgen de Regatell se iba
de romería el día 12 de mayo; ahora, para que pueda participar más gente en
ella, la celebración se ha pasado al mes de agosto.
A
la ermita de Santa Eulalia o Santolaria se puede ir por sendero señalizado
desde el mismo Betesa o campo a través desde la ermita de Regatell. En ambos
casos se viene a tardar alrededor de media hora. Santolaria, situado en una atalaya
desde donde se divisan las localidades de Pallerol, Betesa o Santorens, fue un
pequeño poblado del que hoy quedan un par de casas abandonadas. La iglesia de
Santa Eulalia, también construida en el siglo XII, es parecida a la de la Virgen de Regatell, pero
con más envergadura, porte y señorío. En la década de los noventa fue
restaurada por la Diputación General
de Aragón. Es de planta rectangular, bóveda de cañón, arco presbiteral y ábside
semicircular encarado a oriente. Tiene dos capillas laterales a ambos lados de
altar. Que este fue un edificio de relevancia lo ponen de manifiesto los bien
trabajados sillares perfectamente alineados horizontalmente en sus muros. En la
parte exterior del ábside se observa una línea de canecillos simétricos, por
debajo de los cuales se van alternando sucesivos orificios cuadrados en una
franja que bordea toda la cabecera externa. La puerta de entrada, situada en el
lado oeste del muro meridional, tiene un doble arco de medio punto con un
crismón trinitario sobre su piedra clave. Presenta también dos capiteles con
motivos aparentemente vegetales, sustentados por sendas columnas que fueron
reconstruidas en la reciente restauración del templo.
Desde
Santa Eulalia o Santolaria en dirección al oeste, en algo menos de una hora y
siguiendo las marcas del PR-HU245, llegaremos a Obís. Antes de entrar en esta
localidad hoy despoblada, debemos atravesar el barranco del mismo nombre por un
paso de piedras. Algo más arriba de este sencillo paso sobre el cauce del río,
remontando el curso de éste por alguna de sus márgenes, encontraremos un pequeño puente de hechuras medievales y
rústica belleza. Es de un solo ojo y se halla bastante escondido, en un paraje
envuelto en una vegetación exuberante. Así era al menos esta primavera, cuando
con unos amigos logramos localizarlo no sin esfuerzo y dificultad.
Obís,
a 1270 metros
de altitud, es un pueblo en ruinas. Se dispone en una calle única en uno de
cuyos extremos quedan los restos de la iglesia parroquial de San Juan. Su
estado de ruina es tan avanzado que ya resulta difícil hacerse una idea de cómo
era antes el edificio. Aún puede verse buena parte del originario ábside
románico, toscamente construido con piedras y conglomerado. Adosados a su parte
septentrional, hay algunos sillares más grandes y mejor alineados que corresponden
seguramente a lo que fue la antigua sacristía, añadida a la iglesia con
posterioridad. Las casas de Obís, hoy solo habitadas por algún tal vez
esporádico poblador neorrural, se asoman por su cara de poniente al barranco homónimo,
que ha ido excavando su profundo cauce a lo largo de los tiempos. Dentro del
término de esta población, ya en lo más alto de la sierra de Sis y junto a unos
corrales de ganado en el paso de la antigua cabañera o vía pecuaria, se
encuentran las ruinas de la capilla de Santa Margarita de Belarta. Según
algunos historiadores, aquí pudo ubicarse en tiempos medievales el supuesto castillo
de Bellasía, que desde las alturas de la sierra dominaría ampliamente toda la
zona.
Desde
Obís, el PR-HU245 desciende otra vez al barranco para atravesarlo de nuevo y
transitar por su margen derecha, ofreciéndonos bonitas vistas del propio pueblo,
que vamos dejando atrás en lo más alto. Al cabo de una media hora, llegaremos a
la casa Pallás, una masía en buen estado perteneciente ya a Betesa. El sendero
baja cortando una pista para dirigirse de nuevo al barranco que viene de Obís y
volver a cruzarlo por otro puente medieval. El puente de Betesa es también de
un solo ojo y de aspecto algo rústico, muy similar al que hemos visto antes en
Obís, aunque mucho menos escondido que aquel. Desde aquí el sendero toma un
sentido ascendente hasta llegar de nuevo a Betesa y cerrar así el círculo de
nuestro recorrido.
Carlos
Bravo Suárez
Artículo publicado hoy en Diario del
Alto Aragón
Imágenes: Betesa (dos fotos), Regatell
(exterior e interior), Santa Eulalia (exterior sur, puerta, interior y exterior
norte), Santolaria (casas), puente de Obís (dos fotos), Obís (iglesia y pueblo
sobre el barranco), Casa Pallás y puente de Betesa.
3 comentarios:
Muy interesante y preciso documento sobre uno de los tesoros ocultos de la Ribagorza que, precísamente por ello, son aun mas tesoros.
Es de agradecer esa mirada al territorio desde la sensibilidad y el conocimiento de nuestro pasado, ya que solo ese conocimiento nos enseñará a apreciarlo y respetarlo.
Saludos y espero verte de nuevo por allí, saldremos todos los habitantes del pueblo en pleno a recibirte (Javier y yo, vaya...)
Gracias por tu comentario, Josep Miquel. Fue un placer hacer esta excursión con Alberto, Mireia y dos autóctonos del lugar como Javier y tú. Por la ubicación de tu casa igual eres descendiente de los antiguos señores del castillo de Betesa. Ya ves que aún me he dejado sin nombrar otra magnífico lugar de los alrededores como es la cueva de Esplluga Fonda.
Hello Carlos, What you wrote is lovely and I hope to follow in your footsteps when Covid is over. But... I have found a mention in Josep Gavin's 1970s book of another, in Betesa. A church of Sant Sebastia. It has a good picture, which may be of the bell tower. Do you know anything about this place.
Also, A web site about the hermitage at Rigatell, mentions one further onward, The Virgin of Belarta. My Spanish map has nothing further west apart from a mention of A Virgin of Sis. Very high on a pass over to the next valley. Do you know anything about this one? I have been writing, this last 6 months about the more obscure Romanesque churches of the Vall de Boi and south from there to Aulet, and do not want to miss anything out. Feel free to write in Spanish or Catalan as Google usually copes and I have a Catalan c-inlaw as well. Warm regards, Lis Audigier. Feel free to use my E mail to reply if you can help.
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