La gran fortuna”, de Olivia Manning (Portsmouth, 1908 – Londres, 1980), es una magnífica y muy recomendable novela que la escritora británica publicó en su país en 1960 y que ahora, con traducción de Eduardo Jordá y didáctico epílogo de Rachel Cusk, ha editado en nuestro país la exquisita Libros del Asteroide, a la que hay que agradecer la recuperación en nuestra lengua de esta joya literaria que está considerada en Inglaterra como una de las cinco mejores novelas ambientadas en la Segunda Guerra Mundial.
En 1938, Olivia Manning publicó su primera novela, y un año después se casó con Reginald Smith, profesor del British Council al que acompañó cuando fue destinado a Bucarest y posteriormente, a medida que los nazis avanzaban hacia el este de Europa, a Grecia, Egipto y Jerusalén, donde vivieron hasta el final de la guerra. Durante la década de los cincuenta, Manning escribió numerosas obras, pero el éxito le llegaría con “La gran fortuna”, la primera perteneciente a su serie de novelas protagonizadas por Guy y Harriet Pringle, cuyas personalidades y experiencias están inspiradas en las de la propia autora y su marido. Estas seis novelas, agrupadas en dos trilogías, la Trilogía balcánica (“La gran fortuna”, “The Spoilt City” y “Friends and Heroes”) y la Trilogía del Levante, serían posteriormente recopiladas bajo el título Fortunes of War (1982) y adaptadas a la televisión en 1987.
“La gran fortuna” está protagonizada, como ya se ha dicho, por Guy y Harriet Pringle, una pareja inglesa de recién casados, que llega a Bucarest, la llamada París del Este, en el otoño de 1939, apenas unas semanas después de la invasión alemana de Polonia. La novela se inicia con el viaje en tren hasta la capital de Rumanía, donde transcurre toda la novela y a la que llegan también muchos refugiados polacos. Guy, que va a trabajar como profesor de inglés para una institución británica internacional, es un hombre bastante idealista y poco práctico, pero con grandes dotes comunicativas y de relación social. Harriet es mucho más realista y no siempre entiende la actitud de su marido, cuyas virtudes y defectos va a ir descubriendo a lo largo del relato. Por la novela pululan también una amplia serie de espléndidos personajes de toda condición. Destacan el glotón, teatrero y gorrón Yakimov, que dice haber sido príncipe y siempre se las ingenia para comer a costa de los demás y acumular deudas que luego nunca puede devolver; el joven inglés Clarence, desarraigado, algo amargado y escéptico, que pronto se va a sentir atraído por Harriet; o las jóvenes rumanas Bella Nicolescu, que dice haber nacido en Liverpool, o la sensual y coqueta Sophie, a la que Guy ya conoció en su estancia anterior en Bucarest.
Otro protagonista del libro es, sin duda, la propia capital rumana, profusamente descrita en sus barrios, restaurantes, clase media, criados o mendigos. Todo un retrato de la sociedad rumana de la época, vista a veces a través de los ojos de los personajes ingleses, pero verdadero tapiz social tejido con enorme realismo. También observamos cómo Bucarest va pasando de ser anglófila a decantarse cada vez por los alemanes, que van tejiendo una quinta columna en la ciudad. La novela abarca más o menos un año, pues termina con la toma de París por los nazis, que se vive como una catástrofe cultural pero como el inicio de la segura victoria de los ejércitos germanos. Anthony Burgess ha definido perfectamente “La gran fortuna” en pocas palabras: “Su galería de personajes es inmensa; sus descripciones de las escenas, soberbias; su pathos, controlado; su humor, tranquilo y civilizado. (…) Una de las mejores obras de ficción que Gran Bretaña ha visto desde la guerra”.
“La gran fortuna” es una magnífica novela, que tiene el aroma de las grandes narraciones clásicas imperecederas. Como explica Rachel Cusck en el magnífico epílogo que recoge la edición de Libros del Asteroide, “los lectores actuales quedarán deslumbrados por su perfección técnica, por el placer que depara su lectura y por su meticulosa recreación de un periodo histórico”. “Pero lo que les resultará más sorprendente es su valor como crónica de una etapa trascendental en la evolución afectiva de la sociedad occidental”. Sería deseable que se editaran pronto en nuestro país los otros dos títulos que constituyen la Trilogía balcánica, que tan brillantemente inaugura la novela que acabamos de reseñar.
“La
gran fortuna”. Olivia Manning. Libros del Asteroide. 2020. 456 páginas.
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