Un pez gordo. Daniel Wallace. Biblioteca Teide. 255 páginas.
En
esta ocasión no voy a reseñar un libro de reciente publicación, sino una novela
que en 2004 la editorial Siglo XXI publicó con el título original de Big
Fish y que más tarde, y ya traducida como Un pez gordo, ha sido
editada por Teide dentro de una de sus colecciones dedicadas a jóvenes lectores.
La novela, que Daniel Wallace (Birmingham, Alabama, 1959) publicó en Estados
Unidos en 1998, vio aumentar su éxito considerablemente tras la adaptación
cinematográfica que con el mismo título realizó en 2003 el famoso director Tim
Burton.
Un pez gordo, subtitulada como “una novela de dimensiones
míticas”, cuenta la extraña y conmovedora relación entre Edward Bloom –un
hombre que ha recorrido el mundo, ha vivido mil aventuras y ha regresado a su
hogar para morir– y su hijo William. El joven, de manera retrospectiva aunque con
saltos en el tiempo, revive la vida de su progenitor cuando éste se halla ya al
borde de la muerte. En esos recuerdos se mezclan la realidad y la fantasía, lo
inverosímil y lo verdadero, lo serio y el chiste, el drama y la comedia. Hasta
convertir al padre y al personaje de Edward Bloom en un mito –en el sentido
literario y antiguo de la palabra– y su descomunal historia, en una magnífica,
original y entrañable novela.
Este
párrafo del inicio del relato resume perfectamente lo que el lector va a
encontrar a lo largo de sus páginas y sintetiza esa transmutación del personaje
en mito a la que nos acabamos de referir: “Miré a aquel anciano, aquel
anciano con los viejos pies sumergidos en la corriente de aguas claras, en esos
momentos que se contaban entre los últimos de su vida, y de pronto lo vi,
sencillamente como si fuera un muchacho, un niño, un joven, con toda la vida
por delante, tal como la tenía yo. Nunca lo había visto así. Y todas esas
imágenes… el hoy y el ayer de mi padre… convergieron, y en ese instante se
convirtió en una criatura extraña, fantástica, joven y vieja a la vez,
moribunda y recién nacida. Mi padre se convirtió
en un mito”.
Un pez gordo trata de una manera audaz, imaginativa y
diferente, y con gran dosis de ironía, algunos de los principales temas de la
existencia humana: la paternidad, la familia, el amor, la religión, el dinero,
la relación con los demás y, por descontado, la muerte. Pero todos estos
asuntos, aparentemente tan trascendentales, llegan siempre al lector haciéndole
esbozar una placentera sonrisa, que se prolonga desde el principio hasta el mismísimo
final de la historia.
La
edición de Teide cuenta con una interesante introducción, bastantes notas a pie
de página, que explican el significado de las palabras que el lector joven puede
desconocer, y una amplia guía de lectura con propuestas de trabajo finales.
Además, contiene numerosas ilustraciones a todo color y a página completa del
dibujante argentino Agustín Comotto.
Un pez gordo puede ser una buena novela para jóvenes, pero es
posible que todavía la disfruten más muchos adultos.
Carlos Bravo Suárez
2 comentarios:
Muy de acuerdo con tu opinión.
Buenos días...Alguien me puede decir dónde encuentro el libro físico ha sido una odisea
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