Cheto
La ermita de la Virgen del Castillo
Rodellar
El Mascún desde la cuesta del Mayatal
Barranco de la Glera
Encinar
Corrales de Otín
Bagüeste con zoom
Saltador de las Lañas
Bajada al saltador
En el Saltador de las Lañas
Camino de las Cinglas
Cruzando el Raisén
Fajas del Raisén
Otín
Robles
Formas geológicas desde el camino de la Costera
Cuca Bellosta
Cruzando el Mascún
El DelfínErmita de la Virgen del Castillo, a la vuelta
Subiendo a Rodellar
Treinta personas participamos
el pasado sábado en una excursión circular por la sierra de Guara, organizada
por el Centro Excursionista Ribagorza. Fue
un precioso recorrido por ambas márgenes del barranco del Mascún, con
inicio y final en Rodellar. Un itinerario que reunió todos los variados atractivos
del Parque Natural de la Sierra y los Cañones de Guara.
Los participantes salimos de Graus en autobús a las 7
horas. Media hora más tarde hicimos una parada en Barbastro para recoger a
otros excursionistas que se sumaron al grupo. Eran las 9 horas cuando iniciamos
nuestra caminata en Rodellar desde donde, por un precioso camino tradicional
flanqueado por muros de piedra, nos dirigimos al despoblado Cheto, al que
llegamos en veinte minutos. Desde allí continuamos hasta el barranco de la
Virgen, con vistas a nuestra izquierda de la ermita románica de la Virgen del
Castillo, situada en un abrupto roquedo. Iniciamos enseguida la cuesta del
Mayatal, en cuya parte más alta y con excepcionales vistas del conjunto pétreo
del Mascún, hicimos una breve parada para desayunar. Tras el receso, seguimos
hasta el pedregoso barranco de la Glera, por el que descendimos unos metros
para desviarnos a la derecha y penetrar en un bello encinar. Pasamos por los
campos de Cebolledo y por los corrales de Otín y llegamos a un cruce de
caminos. La mayoría del grupo descendimos hacia el Saltador de las Lañas por un
hermoso sendero con tramos excavados en la roca. Un pequeño grupo, para evitar
el vértigo del tramo aéreo que nos esperaba luego, dio un rodeo por el molino
de Letosa y continuó por pista hacia Otín. El grueso del grupo descendimos al
Saltador de las Lañas, un lugar extraordinario con una sucesión de cascadas de
agua, ahora muy nutridas de caudal por las recientes lluvias.
Cruzamos el barranco con calzado de agua y cambiamos a la
margen derecha del Mascún por el camino de las Cinglas, un tramo muy aéreo en
el que hay que extremar la precaución. Tras cruzar el barranco de ese nombre,
continuamos por las fajas del Raisén, otro tramo aéreo, aunque con mayor
anchura, desde el que se contemplan extraordinarias vistas. Descendimos luego
hasta el barrio bajo del despoblado Otín. Allí nos reunimos todos e hicimos la
parada para comer. Después de pasar junto a un par de impresionantes robles,
llegamos al camino de bajada de la Costera, desde el que se contempla la famosa
Ciudadela, una serie de características formaciones geológicas de aspecto muy
gaudiano. Tras pasar por la Cuca Bellosta, llegamos al cauce del barranco del
Mascún, cuyo caudal bajaba bastante más crecido de lo habitual. Eso nos obligó
a vadearlo hasta en doce ocasiones con el calzado de agua con el que ya veníamos
provistos. Antes de iniciar la subida al pueblo, pasamos por el paraje en el
que puede verse el llamado Delfín, una ventana que la erosión ha abierto en la
roca y que dibuja la forma de ese animal. A Rodellar llegamos poco después de
las seis de la tarde.
Fueron 19,8 km que recorrimos en nueve horas, de las que en
poco más de siete estuvimos en movimiento. El desnivel acumulado fue de 1.120
m. Había sido una extraordinaria y bellísima excursión por el corazón de la
sierra de Guara.
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