sábado, 28 de abril de 2018

VUELTA AL MASCÚN: RODELLAR - CHETO - BARRANCO DE LA VIRGEN - CUESTA DEL MAYATAL - BARRANCO DE LA GLERA - SALTADOR DE LAS LAÑAS - CAMINO DE LAS CINGLAS - FAJAS DEL RAISÉN - OTÍN - LA COSTERA - FUENTE DEL MASCÚN - RODELLAR

Camino de Rodellar a Cheto


Cheto
La ermita de la Virgen del Castillo
Rodellar
El Mascún desde la cuesta del Mayatal

Barranco de la Glera
Encinar


Corrales de Otín


Bagüeste con zoom
Saltador de las Lañas
Bajada al saltador



En el Saltador de las Lañas



Camino de las Cinglas



Cruzando el Raisén
Fajas del Raisén



Cogiendo agua cerca de Otín
Otín


Robles



Formas geológicas desde el camino de la Costera
Cuca Bellosta

Cruzando el Mascún
 El Delfín











 Ermita de la Virgen del Castillo, a la vuelta
 Subiendo a Rodellar
Rodellar    


Treinta personas participamos el pasado sábado en una excursión circular por la sierra de Guara, organizada por el Centro Excursionista Ribagorza. Fue  un precioso recorrido por ambas márgenes del barranco del Mascún, con inicio y final en Rodellar. Un itinerario que reunió todos los variados atractivos del Parque Natural de la Sierra y los Cañones de Guara.

Los participantes salimos de Graus en autobús a las 7 horas. Media hora más tarde hicimos una parada en Barbastro para recoger a otros excursionistas que se sumaron al grupo. Eran las 9 horas cuando iniciamos nuestra caminata en Rodellar desde donde, por un precioso camino tradicional flanqueado por muros de piedra, nos dirigimos al despoblado Cheto, al que llegamos en veinte minutos. Desde allí continuamos hasta el barranco de la Virgen, con vistas a nuestra izquierda de la ermita románica de la Virgen del Castillo, situada en un abrupto roquedo. Iniciamos enseguida la cuesta del Mayatal, en cuya parte más alta y con excepcionales vistas del conjunto pétreo del Mascún, hicimos una breve parada para desayunar. Tras el receso, seguimos hasta el pedregoso barranco de la Glera, por el que descendimos unos metros para desviarnos a la derecha y penetrar en un bello encinar. Pasamos por los campos de Cebolledo y por los corrales de Otín y llegamos a un cruce de caminos. La mayoría del grupo descendimos hacia el Saltador de las Lañas por un hermoso sendero con tramos excavados en la roca. Un pequeño grupo, para evitar el vértigo del tramo aéreo que nos esperaba luego, dio un rodeo por el molino de Letosa y continuó por pista hacia Otín. El grueso del grupo descendimos al Saltador de las Lañas, un lugar extraordinario con una sucesión de cascadas de agua, ahora muy nutridas de caudal por las recientes lluvias.

Cruzamos el barranco con calzado de agua y cambiamos a la margen derecha del Mascún por el camino de las Cinglas, un tramo muy aéreo en el que hay que extremar la precaución. Tras cruzar el barranco de ese nombre, continuamos por las fajas del Raisén, otro tramo aéreo, aunque con mayor anchura, desde el que se contemplan extraordinarias vistas. Descendimos luego hasta el barrio bajo del despoblado Otín. Allí nos reunimos todos e hicimos la parada para comer. Después de pasar junto a un par de impresionantes robles, llegamos al camino de bajada de la Costera, desde el que se contempla la famosa Ciudadela, una serie de características formaciones geológicas de aspecto muy gaudiano. Tras pasar por la Cuca Bellosta, llegamos al cauce del barranco del Mascún, cuyo caudal bajaba bastante más crecido de lo habitual. Eso nos obligó a vadearlo hasta en doce ocasiones con el calzado de agua con el que ya veníamos provistos. Antes de iniciar la subida al pueblo, pasamos por el paraje en el que puede verse el llamado Delfín, una ventana que la erosión ha abierto en la roca y que dibuja la forma de ese animal. A Rodellar llegamos poco después de las seis de la tarde.

Fueron 19,8 km que recorrimos en nueve horas, de las que en poco más de siete estuvimos en movimiento. El desnivel acumulado fue de 1.120 m. Había sido una extraordinaria y bellísima excursión por el corazón de la sierra de Guara.




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