No había leído nada hasta la
fecha de Pilar Adón (Madrid, 1971). Por ello, la lectura de “La vida sumergida”
ha sido una grata sorpresa, un deslumbrante descubrimiento literario. La
escritora madrileña había publicado antes las novelas “El hombre de espaldas” (1999),
“Las hijas de Sara” (Alianza Editorial, 2003) y “Las efímeras” (Galaxia
Gutenberg, 2015), esta última aclamada por la crítica y ambientada en la
comunidad utópica francesa de La Ruche (“La Colmena”) a principios del siglo
XX. Pilar Adón es también autora de algunos libros de cuentos y de varios poemarios,
y ha traducido del inglés a novelistas como Penelope Fitzgerald, Edith Wharton,
Henry James o John Fowles. Su último libro, “La vida sumergida”, es una
colección de relatos que demuestran el dominio y la maestría de la escritora en
el género de la narrativa breve.
“La vida sumergida” contiene trece relatos de diferente
extensión. Desde las veintisiete páginas de “Un mundo muy pequeño” hasta las
escasamente dos del cortísimo “Las jaulas”. Son cuentos en muchos casos
atemporales, sin referencias a la época o a los lugares geográficos en que
suceden. Con gran protagonismo de los espacios cerrados (grandes caserones,
castillos, abadías…) y, en algunos casos, de la naturaleza (el bosque como
refugio o amenaza). Varias narraciones están protagonizadas por hermanos entre
los que se establecen relaciones de dominación, dependencia o perversidad. Hay
relatos con referencias o presencia real de comunidades utópicas, que luego
decepcionan y no responden a las esperanzas y expectativas de quienes las
visitan esperando encontrar en ellas una respuesta ideal. Son textos en los que
se describen más estados de ánimo que sucesos narrativos. Escritos con belleza
y elegancia, en un estilo limpio y cristalino, pero a la vez punzante y agudo y
no exento de crítica, que producen cierta desazón e inquietud en el lector. La
autora bucea en el lado oscuro de los personajes, en esa vida sumergida que da
título al libro en su conjunto y no, como ocurre con frecuencia en las
colecciones de cuentos, a uno de sus relatos en concreto.
“Pietas” abre el libro presentando la relación de
dominación entre dos hermanas que comparten casa. “Plantas aéreas” tiene un
título metafórico para referirse a la vejez, la soledad y los delirios seniles.
En “La primera casa de la aldea” se mezclan las referencias al lobo amenazador,
que entronca con los cuentos y la literatura de terror, y el acoso a las dos mujeres
que viven en la casa. En “Vida en las colinas”, una mujer espera en la estación
la llegada de su hermano para irse juntos a una comunidad donde van a encontrar
la paz y la armonía perdidas, pero un giro inesperado los devuelve a la
realidad más prosaica. “Recaptación” nos presenta un experimento con
inhibidores para “recibir la combinación exacta de equilibrio y recompensa para
dominar cada una de las desagradables sensaciones que subyugan al conjunto de
individuos pertenecientes a la variedad ‘frágil’”. En “La nube”, una pareja
actúa como protectora de “uno de los niños poshumanos que buscaban las líneas
en el cielo después de la catástrofe”. “Un mundo muy pequeño” es el más largo
de los relatos del libro y cuenta la experiencia de un joven burgués ruso que
abandona la ciudad para irse a una colonia tolstoiana y dedicarse al estudio y
la contemplación en una solitaria cabaña del bosque. El cristianismo
tolstoiano de las teorías del amor y la
perfecta compasión y ternura acaba convirtiéndose en “una acumulación de
dogmas, turbiedad y dominación”. En “Fides”, encontramos de nuevo la relación
de dominación entre dos hermanos (Klaus y Myra). En “La invitación”, una mujer
busca la levitación y el vuelo físico en un retiro con otras mujeres que danzan
conjuntamente. En “Las jaulas”, una pareja ensaya ya su despedida para cuando
su relación acabe. “Virtus” presenta de nuevo a dos hermanos (María y Óscar)
que en este caso comparten un gran caserón heredado. La relación epistolar de
otros dos hermanos protagoniza “Gravedad”. Cierra el libro “Dulce Desdémona”, con
claras referencias shakespearianas, sobre un padre tirano y maltratador.
Un conjunto de relatos diversos, con algunos temas y
elementos repetidos, que comparten una sugerente originalidad y una notable
perfección y calidad literarias.
“La vida sumergida”. Pilar Adón. Galaxia
Gutenberg. 2017. 153 páginas.
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