Creo
que sobre el nacionalismo catalán y su desafío soberanista hay que hablar claro
de una vez por todas. Respetando las posturas supuestamente conciliadoras y
bienintencionadas que expresan, debo decir que me sorprende el “buenismo” con
que un sector de la izquierda española y algunos medios de comunicación de
tendencia más o menos progresista abordan este tema. Parecen ignorar o no
querer ver que el objetivo del nacionalismo catalán no es tanto la consulta en
sí misma -supuesta expresión máxima de la democracia- sino lograr la independencia
de Cataluña y, como consecuencia, la desmembración de España. En ese proyecto
llevan ocupados muchos años, invirtiendo en él muchos esfuerzos y medios de
todo tipo, y no van a parar hasta lograrlo.
Pensar que con determinadas concesiones se va a terminar con esa intención es desconocer la esencia del nacionalismo y no haber entendido los últimos años de la historia de España. Por eso, a algunos nos resulta incomprensible que algunos sectores de la izquierda española, posiblemente de manera ingenua y voluntarista, ayuden y acompañen a los nacionalistas en esa empresa. En cualquier caso, como ya vio con claridad Ortega y Gasset en su momento, habrá que hacerse a la idea de que “el problema catalán no se puede resolver, sólo se puede conllevar."
Pensar que con determinadas concesiones se va a terminar con esa intención es desconocer la esencia del nacionalismo y no haber entendido los últimos años de la historia de España. Por eso, a algunos nos resulta incomprensible que algunos sectores de la izquierda española, posiblemente de manera ingenua y voluntarista, ayuden y acompañen a los nacionalistas en esa empresa. En cualquier caso, como ya vio con claridad Ortega y Gasset en su momento, habrá que hacerse a la idea de que “el problema catalán no se puede resolver, sólo se puede conllevar."
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