Creo que se puede, incluso se debe, llamar la atención sobre la existencia de una interesante literatura altoaragonesa en la actualidad. Una literatura cada vez más importante en cuanto al número de autores y a la calidad de las obras, hecha en lengua castellana por escritores nacidos o afincados en nuestra provincia. Algunos de los últimos libros que he leído pertenecen a ella. Son obras de distintos géneros literarios que me permito recomendar desde estas páginas. Sería lamentable que, como ha ocurrido con frecuencia, sus autores no tuvieran el reconocimiento y la acogida que merecen por parte de sus propios paisanos. Haré en este breve artículo una rápida relación de algunos libros destacables que han aparecido en los últimos meses en el mercado editorial.
Son varias las novelas altoaragonesas que he leído recientemente y quiero destacar aquí: “Naturaleza infiel”, de Cristina Grande (Lanaja, 1962); “Los amantes de silicona”, de Javier Tomeo (Quicena, 1932); “El perfume de la higuera”, de Damián Torrijos (Huesca, 1962), ganadora del II Premio de Novela Ínsula del Ebro; “Muerde el silencio”, de Ramón Acín (Piedrafia de Jaca, 1953); “España”, de Manuel Vilas (Barbastro, 1962); “Mientras caen las hojas”, de Ramón Gil Novales (Huesca, 1928); y “Memoria de un montañés”, de José Satué Buisán, en edición de su hijo José María Satué Sanromán (Escartín, 1941). Me permito añadir a esta lista la novela “La frontera dormida”, de José Luis Galar (Zaragoza, 1968), libro escrito en el hermoso pueblo oscense de Triste y cuya intriga transcurre, entre otros muchos lugares, en el enclave pirenaico y fronterizo de Canfranc. Son ocho novelas, enumeradas aquí en orden aleatorio, que narran historias variadas escritas en estilos muy distintos. Todas ellas alcanzan un buen nivel de calidad y pueden satisfacer en su conjunto a lectores de gustos literarios dispares.
Entre los recientes libros de relatos, destacan sobre todo los de Carlos Castán (Barcelona, 1960), escritor nacido en Barcelona y criado en Madrid, pero de familia oscense y afincado en la capital altoaragonesa donde trabaja como profesor de instituto. Su último libro, “Sólo de lo perdido”, sigue la magnífica línea iniciada con “Frío de vivir” y continuada con el extraordinario “Museo de la soledad”, reeditado recientemente. Otra espléndida colección de relatos es “Trescientos días de sol”, de Ismael Grasa (Huesca, 1968). Muy recientemente ha sido editado el libro colectivo de relatos breves “Vivo o muerto. Cuentos del spaghetti-western”, en el que participan varios escritores altoaragoneses. Puede añadirse a esta relación “Pirineos, tristes montes”, de Severino Pallaruelo, excelente colección de cuentos hace poco tiempo reeditados.
También muy recomendable es “Leyendario. Criaturas de agua”, un relato escrito por Óscar Sipán (Huesca, 1974) y magníficamente ilustrado por Óscar Sanmartín (Zaragoza, 1972). La obra, de gran belleza y fantasía, recibió el premio al mejor libro editado en Aragón en 2007. En este año de la Expo del agua, la historia que se cuenta en el relato se inicia y se cierra con una frase significativa y certera: “El hombre está compuesto de agua y vanidad”.
En poesía hay que destacar el último libro del ya citado Manuel Vilas, titulado “Calor” y ganador del VI Premio de Poesía Fray Luis de León. Es un poemario breve pero intenso, que se abre con un estupendo poema sobre la boda de los Príncipes de Asturias y contiene una poesía moderna - a veces escrita en prosa- sobre aspectos cotidianos tratados con un enfoque crítico y en ocasiones irreverente y provocador, como ocurre también en su novela “España”.
También notable, aunque de más difícil clasificación literaria, es “La desesperación del té (27 veces Pepín Bello)”, de José Antonio Martín Otín , más conocido como “Petón”, periodista deportivo de familia altoaragonesa y muy vinculado a Huesca y a su equipo de fútbol. Se trata de una magnífica obra, entre el ensayo y la biografía, en la que, a través de las conversaciones que el autor mantuvo con el recientemente fallecido Pepín Bello, conocemos las opiniones y la trayectoria vital de este ilustre e irrepetible personaje oscense cuya vida abarca, y de qué manera, un siglo entero de la cultura española.
Tal vez me haya olvidado involuntariamente de alguno, pero los libros aquí citados, publicados todos ellos en el último año, son un claro ejemplo del vigor que muestra en la actualidad la literatura altoaragonesa. Utilizando un símil futbolístico, tan en boga, de la misma manera que el equipo del Huesca jugará la próxima temporada en la segunda división del fútbol español, podría decirse que hay hoy en nuestra provincia un variado grupo de excelentes escritores, algunas de cuyas obras pueden situarse sin duda en la primera división de la literatura actual.
Bibliografía citada:
Son varias las novelas altoaragonesas que he leído recientemente y quiero destacar aquí: “Naturaleza infiel”, de Cristina Grande (Lanaja, 1962); “Los amantes de silicona”, de Javier Tomeo (Quicena, 1932); “El perfume de la higuera”, de Damián Torrijos (Huesca, 1962), ganadora del II Premio de Novela Ínsula del Ebro; “Muerde el silencio”, de Ramón Acín (Piedrafia de Jaca, 1953); “España”, de Manuel Vilas (Barbastro, 1962); “Mientras caen las hojas”, de Ramón Gil Novales (Huesca, 1928); y “Memoria de un montañés”, de José Satué Buisán, en edición de su hijo José María Satué Sanromán (Escartín, 1941). Me permito añadir a esta lista la novela “La frontera dormida”, de José Luis Galar (Zaragoza, 1968), libro escrito en el hermoso pueblo oscense de Triste y cuya intriga transcurre, entre otros muchos lugares, en el enclave pirenaico y fronterizo de Canfranc. Son ocho novelas, enumeradas aquí en orden aleatorio, que narran historias variadas escritas en estilos muy distintos. Todas ellas alcanzan un buen nivel de calidad y pueden satisfacer en su conjunto a lectores de gustos literarios dispares.
Entre los recientes libros de relatos, destacan sobre todo los de Carlos Castán (Barcelona, 1960), escritor nacido en Barcelona y criado en Madrid, pero de familia oscense y afincado en la capital altoaragonesa donde trabaja como profesor de instituto. Su último libro, “Sólo de lo perdido”, sigue la magnífica línea iniciada con “Frío de vivir” y continuada con el extraordinario “Museo de la soledad”, reeditado recientemente. Otra espléndida colección de relatos es “Trescientos días de sol”, de Ismael Grasa (Huesca, 1968). Muy recientemente ha sido editado el libro colectivo de relatos breves “Vivo o muerto. Cuentos del spaghetti-western”, en el que participan varios escritores altoaragoneses. Puede añadirse a esta relación “Pirineos, tristes montes”, de Severino Pallaruelo, excelente colección de cuentos hace poco tiempo reeditados.
También muy recomendable es “Leyendario. Criaturas de agua”, un relato escrito por Óscar Sipán (Huesca, 1974) y magníficamente ilustrado por Óscar Sanmartín (Zaragoza, 1972). La obra, de gran belleza y fantasía, recibió el premio al mejor libro editado en Aragón en 2007. En este año de la Expo del agua, la historia que se cuenta en el relato se inicia y se cierra con una frase significativa y certera: “El hombre está compuesto de agua y vanidad”.
En poesía hay que destacar el último libro del ya citado Manuel Vilas, titulado “Calor” y ganador del VI Premio de Poesía Fray Luis de León. Es un poemario breve pero intenso, que se abre con un estupendo poema sobre la boda de los Príncipes de Asturias y contiene una poesía moderna - a veces escrita en prosa- sobre aspectos cotidianos tratados con un enfoque crítico y en ocasiones irreverente y provocador, como ocurre también en su novela “España”.
También notable, aunque de más difícil clasificación literaria, es “La desesperación del té (27 veces Pepín Bello)”, de José Antonio Martín Otín , más conocido como “Petón”, periodista deportivo de familia altoaragonesa y muy vinculado a Huesca y a su equipo de fútbol. Se trata de una magnífica obra, entre el ensayo y la biografía, en la que, a través de las conversaciones que el autor mantuvo con el recientemente fallecido Pepín Bello, conocemos las opiniones y la trayectoria vital de este ilustre e irrepetible personaje oscense cuya vida abarca, y de qué manera, un siglo entero de la cultura española.
Tal vez me haya olvidado involuntariamente de alguno, pero los libros aquí citados, publicados todos ellos en el último año, son un claro ejemplo del vigor que muestra en la actualidad la literatura altoaragonesa. Utilizando un símil futbolístico, tan en boga, de la misma manera que el equipo del Huesca jugará la próxima temporada en la segunda división del fútbol español, podría decirse que hay hoy en nuestra provincia un variado grupo de excelentes escritores, algunas de cuyas obras pueden situarse sin duda en la primera división de la literatura actual.
Bibliografía citada:
- “Naturaleza infiel”, Cristina Grande, RBA Libros, Barcelona, 2008.
- “Los amantes de silicona”, Javier Tomeo, Anagrama, Barcelona, 2008.
- “El perfume de la higuera”, Damián Torrijos, Prames, Zaragoza, 2007.
- “Muerde el silencio”, Ramón Acín, Algaida, Sevilla, 2007.
- “España”, Manuel Vilas, DVD Ediciones, Barcelona, 2008.
- “Mientras caen las hojas”, Ramón Gil Novales, Prames, Zaragoza, 2008.
- “Memoria de un montañés”, José Satué Buisán, Edición de José Mª Satué Sanromán, Xordica Editorial, Zaragoza, 2007.
- “La frontera dormida”, José Luis Galar, Destino, Barcelona, 2008.
- “Museo de la soledad”, Carlos Castán, Espasa, Barcelona, 2000, y Tropo Editores, Zaragoza, 2007.
- “Sólo de lo perdido”, Carlos Castán, Ediciones Destino, Barcelona, 2008.
- “Trescientos días de sol”, Ismael Grasa, Xordica Editorial, Zaragoza, 2007.
- “Vivo o muerto. Cuentos del spaghetti-western”, Varios Autores, Tropo Editores, Zaragoza, 2008.
- “Pirineos, tristes montes”, Severino Pallaruelo, Xordica Editorial, Zaragoza, 2008.
- “Leyendario. Criaturas de agua”, Óscar Sipán y Óscar Sanmartín, Tropo Editores, Zaragoza, 2007.
- “Calor”, Manuel Vilas, Visor Libros, Madrid, 2008.
- “La desesperación del té (27 veces Pepín Bello)”, José Antonio Martín Otín, Editorial Pre-textos, Valencia, 2008.
Carlos Bravo Suárez
- “Los amantes de silicona”, Javier Tomeo, Anagrama, Barcelona, 2008.
- “El perfume de la higuera”, Damián Torrijos, Prames, Zaragoza, 2007.
- “Muerde el silencio”, Ramón Acín, Algaida, Sevilla, 2007.
- “España”, Manuel Vilas, DVD Ediciones, Barcelona, 2008.
- “Mientras caen las hojas”, Ramón Gil Novales, Prames, Zaragoza, 2008.
- “Memoria de un montañés”, José Satué Buisán, Edición de José Mª Satué Sanromán, Xordica Editorial, Zaragoza, 2007.
- “La frontera dormida”, José Luis Galar, Destino, Barcelona, 2008.
- “Museo de la soledad”, Carlos Castán, Espasa, Barcelona, 2000, y Tropo Editores, Zaragoza, 2007.
- “Sólo de lo perdido”, Carlos Castán, Ediciones Destino, Barcelona, 2008.
- “Trescientos días de sol”, Ismael Grasa, Xordica Editorial, Zaragoza, 2007.
- “Vivo o muerto. Cuentos del spaghetti-western”, Varios Autores, Tropo Editores, Zaragoza, 2008.
- “Pirineos, tristes montes”, Severino Pallaruelo, Xordica Editorial, Zaragoza, 2008.
- “Leyendario. Criaturas de agua”, Óscar Sipán y Óscar Sanmartín, Tropo Editores, Zaragoza, 2007.
- “Calor”, Manuel Vilas, Visor Libros, Madrid, 2008.
- “La desesperación del té (27 veces Pepín Bello)”, José Antonio Martín Otín, Editorial Pre-textos, Valencia, 2008.
Carlos Bravo Suárez
(Artículo publicado en Diario del Alto Aragón el 24 de agosto de 2008)