jueves, 28 de marzo de 2024

EXCURSIÓN CIRCULAR AL PUSILIBRO DESDE EL CASTILLO DE LOARRE



El pasado domingo, el Centro Excursionista Ribagorza organizó una excursión desde el castillo de Loarre, en La Hoya de Huesca, con ascensión al pico Pusilibro, de 1595 m. de altitud y máxima elevación de la sierra de Loarre. Fue un recorrido circular con ascensión al pico por la cresta oriental y descenso por la occidental y la ermita de Santa Marina. En un día de temperaturas algo más frescas, pero muy agradables para la práctica del senderismo.

Los 28 participantes en la excursión, procedentes de diferentes lugares, nos dimos cita en el parking del castillo de Loarre. La mayor parte salimos de Graus a las 7 horas y fuimos por carretera hasta el citado aparcamiento. Desde allí, sobre las 8.30 horas dimos inicio a la caminata. Con magníficas vistas del extraordinario castillo medieval a nuestras espaldas, iniciamos el ascenso al pico Pusilibro, por un sendero bien señalizado que transita entre bosque de pinos y bojes. Tras cruzar varias veces una pista, giramos a la izquierda por dirigirnos hacia el pico por su cresta oriental. La cruzamos con algo de viento y llegamos a una bifurcación. En dirección al norte, y tras un corto tramo, llegamos a la cima del pico, marcada con un vértice geodésico cilíndrico. Desde allí, divisamos extraordinarias vistas de toda la cornisa pirenaica, con sus picos nevados.

Después de un receso para un tentempié, retornamos al cruce y tomamos el camino que discurre por el Portillo Chara y lo alto de la cresta occidental de la sierra de Loarre, hasta desembocar en una pista en el llamado collado de las Antenas. Continuamos por la pista entre frondosos bosques y algunos claros de prados verdes, con estupendas vistas, en algún momento del pantano de La Peña. En la ermita de Santa Marina y el refugio del mismo nombre, hicimos la parada para comer y volvimos a contemplar extraordinarias panorámicas, ahora de la Plana de Huesca, con poblaciones como Aniés, Bolea, Loarre y Ayerbe y las aguas del pantano de La Sotonera hacia el horizonte.

Ya en dirección al este, continuamos hasta llegar de nuevo al castillo de Loarre, que habíamos contemplado un poco antes desde un rocoso y escarpado mirador. En la cafetería próxima al castillo, tomamos un refresco antes de emprender regreso por carretera. Habíamos recorrido algo más de 15 km, con 650 m. de desnivel acumulado, en unas seis horas con paradas. Y disfrutado de un magnífico día de excursionismo. 

viernes, 22 de marzo de 2024

EXCURSIÓN Y VÍA FERRATA DEL CER EN RIGLOS


El pasado sábado, el Centro Excursionista Ribagorza organizó una actividad matinal mixta en los Mallos de Riglos. Quince miembros del club grausino participamos en ella, ocho haciendo una caminata desde Riglos al castillo de Marcuello y el mirador de los Buitres y siete realizando la vía ferrata de Riglos, también llamada de Cubilillo os Fils. Finalizada la doble práctica deportiva, los participantes disfrutamos de una comida conjunta en el albergue de Riglos.

La mayor parte de los participantes salimos de Graus a las 7 horas y fuimos en nuestros vehículos hasta Riglos. Allí nos juntamos con los que procedían de otros lugares e iniciamos el recorrido. Tras un corto tramo conjunto, los “ferrateros” descendieron hacia el barranco de la Mota y desde el otro lado ascendieron por las paredes de la vía ferrata de Cubilillo os Fils, una vía especial por su equipación y el entorno único junto a los Mallos de Riglos, con clavijas de hierro que acentúan la sensación de verticalidad.  Mientras tanto, los caminantes continuamos por el GR-1, por el camino del Solano hasta el Collado de Santo Román, desde donde giramos, ya por pista, hacia la ermita de San Miguel y los restos del castillo de Marcuello y su ermita castrense. Tras contemplar extraordinarias vistas de la plana de Huesca, retornamos a la pista y nos dirigimos al mirador de los Buitres, donde nos encontramos con los compañeros que había hecho la vía ferrata.

Todos juntos nos hicimos una foto y desayunamos contemplando excepcionales vistas de los Mallos de Riglos, la Peña Rueba y, más lejos, los Mallos de Agüero. Los caminantes retornamos por el mismo camino y los “ferrateros” realizaron el descenso por la peña Don Justo, por paredes vertiginosas y un bosque frondoso de bojes, acebos, ruscos... Algo antes de llegar a Riglos, nos volvimos a encontrar y fuimos juntos hasta el pueblo. El recorrido caminando fue de 17 km, con 460 m. de desnivel acumulado, y el tiempo invertido de cinco horas y media con las paradas. Tras la comida en el albergue de Riglos, volvimos a Graus por carretera.

https://www.diariodelaltoaragon.es/noticias/deportes/2024/03/21/excursion-y-via-ferrata-del-cer-en-riglos-1720392-daa.html?utm_source=Facebook&fbclid=IwAR34ntHHN-S6skoy1iDFVzi_vlURgsm2Kj0PrIah8un35AuOi0S4Y628oZc

sábado, 16 de marzo de 2024

MILENA DE PRAGA

Este año celebramos el centenario de la muerte de Franz Kafka, pero también el ochenta aniversario del fallecimiento de Milena Jesenská en 1944 en el campo de concentración nazi de Ravensbrück, en Alemania. Milena es conocida principalmente por su relación con Kafka. En 1919, leyó algunos cuentos del escritor –nacido como ella en Praga pero que escribía en alemán– y le pidió por carta su autorización para traducir al checo su relato “El Fogonero”. Ese fue el comienzo de una apasionada correspondencia epistolar entre ambos que durará dos años (1920–1922), en los que sólo tendrán dos encuentros personales: cuatro días en Viena y un día en Gmünd. Milena tradujo además la novela “El Proceso” y las obras “Meditaciones” y “La Condena”. Sin duda, ​la vida de Milena Jesenská es mucho más que su relación con Kafka. Fue una mujer avanzada a su tiempo, traductora, escritora, periodista, defensora de los derechos de la mujer, contraria a todas las ideologías opresoras y colaboradora con la resistencia contra los nazis cuando estos invadieron Checoslovaquia. A esta mujer singular y merecedora de ser recordada por sí misma le ha dedicado la escritora checa Monika Zgustova, afincada en Barcelona desde los años ochenta, su último libro, “Soy Milena de Praga”, editado como otros suyos por Galaxia Gutenberg.

Monika Zgustova (Praga, 1957) es traductora, escritora y periodista, colaboradora en diversos medios de comunicación nacionales e internacionales. Ha traducido más de setenta libros, del checo y del ruso, de autores de la talla de Bohumil Hrabal, Jaroslav Hašek, Václav Havel, Milan Kundera, Fiódor Dostoyevski, Isaac Babel, Anna Ajmátova o Marina Tsvetáieva, entre otros. Es autora de las novelas “La mujer silenciosa”, “La noche de Valia”, “Las rosas de Stalin”, “La intrusa”, “Un revólver para salir de noche” y “Nos veíamos mejor en la oscuridad”. Ha estrenado dos obras de teatro y publicado varios ensayos, como el magnífico  “Vestidas para un baile en la nieve”, sobre la experiencia de varias mujeres supervivientes a los campos de concentración soviéticos, que reseñamos aquí en su momento. Los principales temas de su obra son el exilio, la pérdida de la identidad y la vida en los regímenes totalitarios.

“Soy Milena de Praga” es una biografía novelada, narrada en primera persona por la protagonista del libro. Toma el título de la forma en que ella misma se presentaba, siempre ligada vital y emocionalmente a la capital checa. Además de una pequeña introducción y un breve apéndice, la novela se divide en cuatro partes: la extranjera, la traductora, la periodista y la prisionera. De manera linealmente cronológica, vamos recorriendo de la mano de la propia protagonista los principales momentos de su intensa vida. Milena nació en 1896 en el entonces Imperio Austro-húngaro y sufrió las consecuencias de las dos guerras mundiales que asolaron Europa en la primera mitad del siglo XX. Su familia estaba bien situada económica y socialmente, su padre fue un médico famoso y ella recibió una selecta educación en el exclusivo instituto para niñas Minerva. Frecuentó las tertulias literarias de la época a las que asistían escritores como Robert Musil, Karl Kraus, Franz Werfel o Hermann Broch. Se casó, desoyendo los consejos de su padre, con el crítico literario y escritor Ernst Pollak, con quien mantuvo una relación tóxica de ocho años. En esa época, conoció a Kafka, ya enfermo de tuberculosis, de quien tradujo varias obras y con quien mantuvo una apasionada relación más epistolar que física y presencial. Kafka le legó su epistolario y Milena escribió un bello obituario tras su muerte en 1924. Se sintió extranjera en Viena y retornó a Praga, trabajó como periodista en una publicación para mujeres, volvió a casarse y tuvo una hija. Tras la invasión de Checoslovaquia, colaboró con la resistencia antinazi y fue apresada y enviada al campo de concentración para mujeres de Ravensbrück, donde vivió una intensa relación con Margarete Buber-Neumann, a la que ella llamaba siempre Greta. Ambas coinciden en su desprecio a todos los totalitarismos. Margarete Buber-Neumann, que antes que en Ravensbrück había estado en un campo de concentración soviético, publicó el libro “Prisionera de Stalin y Hitler”. A Milena Jesenská, su prematura muerte en el campo de concentración le impidió continuar con su proyecto de escribir contra todo fanatismo ideológico totalitario.

Tras una exhaustiva documentación histórica, Monika Zgustova, con una prosa ágil y eficaz, ha escrito una biografía novelada, amena y rigurosa, sobre una mujer excepcional. En este año del centenario de la muerte de Franz Kafka, posiblemente se recuerde sobre todo a Milena por su relación con el gran escritor checo, pero, como el libro de Monika Zgustova pone bien de manifiesto, Milena Jesenská merece ser recordada por el recorrido completo de su intensa vida. 

“Soy Milena de Praga”. Monika Zgustova. Galaxia Gutenberg. 2024. 168 páginas.

 

jueves, 7 de marzo de 2024

AMPLIA PARTICIPACIÓN EN LA XI RUTA DE LA RECONQUISTA EN MONTAÑANA




El pasado sábado, se celebró en Montañana la XI Ruta de la Reconquista, incluida en el calendario anual de Andadas Populares de Aragón. A pesar de los inicialmente adversos pronósticos meteorológicos, el encuentro resultó un éxito y congregó a 120 participantes, inscritos desde diversos lugares de Aragón y Cataluña. El evento fue organizado por el Centro Excursionista Ribagorza y contó con la colaboración de diversas entidades comarcales y provinciales.

Los excursionistas nos dimos cita en Puente/Pont de Montañana, en la Ribagorza aragonesa oriental, a las nueve de la mañana. Tras un desayuno, incluido en la inscripción, en la panadería Horno de Secastilla y la foto de grupo de los participantes, a las 9.30 horas, iniciamos la caminata entre negros nubarrones pero sin lluvia. La marcha incluía dos opciones: un recorrido largo de 19 km y otro corto de 13. Ambos eran itinerarios circulares con inicio y final en la localidad de Puente/Pont de Montañana. Debido al aumento de la previsión de lluvia a partir del mediodía, y aconsejados desde la organización, la mayoría de los participantes hicimos la ruta corta.  

Desde Puente/Pont de Montañana, cruzamos el río Noguera Ribagorzana por su puente colgante y pasamos a la margen izquierda del río, por la que transcurrió prácticamente todo el recorrido, buena parte del cual nos llevó por las vecinas tierras catalanas. Por terreno rocoso, con bojes, algunos robles o quejigos y paredes de piedra seca, le dimos la vuelta al barranco de Pont, subiendo por su parte derecha y retornando por la izquierda. A mitad de camino, recibimos un pequeño avituallamiento por parte de los miembros de la Cruz Roja. En el itinerario, pasamos junto a la casa del Mas de la Roureda y disfrutamos de vistas de la entrada del congosto de Montrebei y de lugares históricos como Montañana y el castilla de Viacamp. Aunque el tiempo estuvo siempre amenazante, solamente cayeron unas finas gotas de lluvia al final del recorrido.

Algo antes de las 14 horas, dimos por terminada la caminata y nos dispusimos a comer. Tras recibir cada participante un regalo conmemorativo del evento, nos dirigimos al local de las antiguas escuelas de la localidad y dimos buena cuenta de una suculenta fideuá, preparada por la organización. Un año más habíamos participado en esta andada popular ribagorzana y disfrutado de una agradable jornada de convivencia con excursionistas de diferentes lugares. A pesar de los negros presagios, el tiempo nos había respetado y pudimos realizar la excursión sin mojarnos. Eso sí, la tarde fue pasada por agua, pero nosotros ya estábamos a cubierto.

domingo, 3 de marzo de 2024

OLOR A HORMIGA

“Olor a hormiga” es la primera novela de Júlia Peró (Barcelona, 1995), autora del destacado poemario “Anatomía de una bañera”, publicado por Planeta en 2020. La joven escritora y artista barcelonesa, que dirige el club de lectura Libros crujientes, es también autora del libro de conversaciones “Este mensaje fue eliminado” (Planeta, 2021), que adapta al formato físico su proyecto digital @este.mensaje.fue.eliminado. Actualmente trabaja en su segundo poemario y en una colección de arte conceptual. “Olor a hormiga” supone su debut como novelista y el resultado está a la altura de las expectativas y no decepciona al lector.

“Olor a hormiga” es una valiente, original y atrevida novela sobre la vejez. Con solamente dos personajes, y un gato con supuesta voz, encerrados entre cuatro paredes, Júlia Peró pone sobre la mesa una realidad de la que no se suele hablar: la soledad de las personas mayores y la difícil aceptación del envejecimiento. El primer párrafo del libro nos sitúa ya frente a su tema central: “La vejez es una larga enfermedad. Una enfermedad difícil de mantener en el cuerpo. Pesa, debilita y te hace temblar. El cuerpo intenta escupirla, no la quiere, la repudia. Las arrugas no son más que el sarpullido de esa alergia inevitable”.

La protagonista de la novela, y narradora en primera persona de buena parte de la misma, es Olvido, una anciana que vive en una soledad extrema en un pequeño piso de una ciudad y que se halla inmersa en un creciente deterioro físico y mental a consecuencia de su envejecimiento. El segundo personaje del relato es una joven atractiva y dicharachera que va a limpiar la casa y a ayudar a Olvido varios días a la semana. Entre ellas surgirá una relación variante y compleja que constituye uno de los ejes narrativos del libro. La presencia de la joven desencadena una serie de reacciones inesperadas en la anciana, que narra la relación desde su punto de vista, en una mezcla de realidad y percepción subjetiva deformada por su senilidad, en la que se mezclan deseos ocultos, obsesiones y ensoñaciones oníricas que el lector se verá obligado a ir discerniendo en su lectura.

La novela está escrita en una brillante prosa poética y sensorial, con algunos hermosos haikus intercalados en el relato, a la vez que con textos de cariz descriptivo y científico sobre el mundo de las hormigas, en especial de las hormigas de la piel. Pero el grueso de la narración es el intenso flujo de pensamiento de Olvido, que va tejiendo un relato lleno de crudeza, con momentos de cierta incomodidad para el lector. Júlia Peró ha trazado un relato duro y poco amable de la vejez, alejado de los frecuentes tratamientos más tópicos, condescendientes y edulcorados sobre la decrepitud de esa etapa de la vida humana. Lo expresa muy bien la crítica literaria Andrea Núñez-Torrón cuando escribe que encontramos en esta novela “unos temas habitualmente silenciados en esta sociedad que prefiere hacer de la muerte un tabú; la soledad, el desvanecimiento de los recuerdos, el deseo en las personas mayores –especialmente en las mujeres–, la demencia, el aislamiento, la enfermedad, la impotencia, la ira extrema ante la levedad, ante la decadencia”. En definitiva, todo lo que se opone al brillo y a la sensación de inmortalidad de la juventud.

Sorprende que una escritora tan joven como Júlia Peró aborde de esta manera tan desgarradora el tema de la vejez en su primera novela. Ella misma lo explica en una nota final. “He escrito esta novela porque temo la vejez. A pesar de que la senectud apenas ha estado involucrada en mi cuerpo, cada vez está más interesada en mí y no habrá forma de evitarla cuando llegue. “He escrito este libro porque la vejez está enamorada de mí. Y esta novela va sobre un amor no correspondido”.

“Olor a hormiga” es una novela impactante, casi un cuento de terror, de un realismo crudo, tierna y violenta a la vez. La resume perfectamente Alejandra Parejo: “Júlia Peró le da voz –y qué voz, qué voces– a la vejez con una honestidad salvaje. Una historia sobre identidad, desolación, deseo, soledad, amor, recuerdos, incomodidad, abandono, muerte y destrucción que se mueve entre haikus y un ritmo brillante”. Un libro que gustará más o menos, pero que generará inquietud y dejará sin duda una huella indeleble en el lector.