El GR-1 es un sendero de largo recorrido que atraviesa España de este a oeste –o viceversa– uniendo el Mediterráneo con el Atlántico, desde Ampurias hasta Finisterre. También conocido como Sendero Histórico, el GR-1 recorre transversalmente la provincia de Huesca, donde –procedente de Cataluña–, comienza su itinerario en el magnífico núcleo medieval de Montañana, en Ribagorza, para adentrarse luego en Sobrarbe por la comarca natural de La Fueva.
Voy a describir aquí una de las etapas ribagorzanas de este largo sendero, la que lleva desde Graus hasta la pequeña aldea de Pano, situada ya en los límites entre Ribagorza y Sobrarbe. Se trata de un recorrido de unos catorce kilómetros, en el que se invierte algo menos de cinco horas.
En el sentido aquí propuesto, el itinerario es en general ascendente. Partiendo de los 460 metros de altitud de Graus se llega a los 891 de Pano, tras alcanzar en el collado de San Martín, situado a 1144 metros, el punto más elevado del recorrido. Hacer el camino en sentido contrario resultará, obviamente, algo más cómodo y menos exigente para el caminante.
El punto de partida es la histórica villa de Graus, entre cuyos atractivos turísticos destaca su magnífica Plaza Mayor. Tanto si la tomamos como inicio o como final de nuestra excursión, la capital ribagorzana merece una tranquila visita que nos permita descubrir sus numerosos encantos.
De Graus saldremos por la carretera A-139 en dirección a Benasque. Al llegar a la zona conocida como Regrustán, donde se encuentra el camping del mismo nombre, debemos tomar una pista a la izquierda de la carretera. En su inicio, encontramos las tablillas indicadoras que irán reapareciendo en los momentos claves del sendero y nos ayudaran a seguirlo en todo momento sin dificultad.
Siempre en ascenso, al cabo de cuatro kilómetros y medio, y tras aproximadamente una hora y media de caminata, llegaremos al pueblo de Grustán. Antes, aproximadamente a mitad del recorrido y a la izquierda del camino, sale un sendero bien marcado que nos lleva a la ermita de San Miguel, conocida en la zona como Los Templarios. Se trata de las ruinas de una antigua construcción románica situada en la “ubaga” (zona sombría) de Grustán, en un sorprendente paraje escondido en un espeso bosque de pinos. Ahora, en un tiempo aproximado de un par de horas, es posible realizar un atractivo itinerario circular perfectamente señalizado entre Graus y la ermita, que según la tradición pudo haber sido construida por la orden del Temple entre los finales del siglo XI y los inicios del XII.
Pero, dejando este ramal del GR-1 y siguiendo nuestra ruta, llegamos al despoblado Grustán, una pequeña localidad cuyo caserío está hoy en ruinas, aunque conserva integra y exteriormente restaurada su magnífica iglesia románica dedicada a Santa María. Grustán se levanta sobre una amplia elevación rocosa que constituye una verdadera fortaleza natural. Esta privilegiada ubicación le proporcionó sin duda una destacada posición estratégica durante los siglos medievales. La calidad de su iglesia, construida con grandes sillares que conservan numerosas marcas de cantería, da una idea de la pasada importancia del lugar.
Tras atravesar el arruinado caserío de Grustán, el sendero desciende de nuevo a la pista por la que habíamos subido desde Graus. Siguiéndola siempre en ascenso, y tras dejar atrás un cruce de caminos bien señalizado, llegaremos hasta lo alto de la sierra de Torón, más conocida aquí como sierra de San Martín o de Panillo. A Panillo se puede bajar por el PR-HU149 cuyo arranque quedará a nuestra derecha. A San Martín, ermita de construcción popular perteneciente al municipio de Secastilla, se llega en pocos minutos por un sendero que arranca a la izquierda del GR-1. La ermita de San Martín se encuentra situada en un escarpado mirador con hermosas vistas sobre el pantano de El Grado, ya en la vertiente del río Cinca.
Siguiendo nuestro camino, tras dejar a la izquierda el llamado mirador de Malterrero –situado a cinco minutos–, iniciaremos una fuerte bajada que, por el dibujo que describe sobre la ladera de la sierra, es conocida como “la zeta”. Ya al final de este pronunciado descenso, un corto desvío a nuestra derecha nos lleva a las ruinas del castillo de Panillo, históricamente más conocido como castillo de Pano. Estamos ante una importante fortaleza medieval cuyo recinto amurallado fue sometido a una necesaria limpieza no hace demasiados años. Quedan, ahora bien visibles, los restos de una torre cilíndrica y de la iglesia castrense de Santa Engracia. El lugar tiene magníficas vistas y domina un amplio territorio en la divisoria de los valles del Ésera y el Cinca.
De nuevo en la pista principal, en pocos minutos llegaremos a la collada de Pano, una pequeña explanada donde el camino que hemos seguido hasta aquí se encuentra con la carretera HU-V-6441 que une Graus con Tierrantona por Panillo, Troncedo y Formigales. En este punto encontramos la ermita de la virgen de la Collada, de planta rectangular, con un pequeño pórtico en la entrada y un moderno retablo de madera en su interior.
Desde aquí, el GR-1 continúa por una nueva carretera –pista engravada hasta hace muy pocas fechas– que en poco más de un kilómetro nos lleva a Pano. Algo antes de llegar a este pequeño pueblo, tomaremos un sendero señalizado a nuestra derecha, para visitar la magnífica ermita románica de San Antón, que fue posiblemente parte de un antiguo monasterio dedicado a San Juan Bautista. La actual ermita es una construcción austera y hermosa, con tres ábsides semicirculares de arquillos ciegos y una rústica ventana en su muro meridional, en el que se abre la actual puerta de acceso. El interior, desnudo y humilde, invita a la meditación y al sosiego. Restos de las pinturas murales que lo decoraban se conservan en el Museo Diocesano de Barbastro. La ermita de San Antón, declarada Bien de Interés Cultural en 1983, merece una detenida visita que sorprenderá sin duda al caminante.
Nosotros continuaremos nuestro camino y volveremos a la pista que de inmediato nos conduce a Pano. El pueblo, hasta hace unas décadas en absoluta ruina, ha sido rehabilitado por su actual propietario, Kurtz Fridez, un suizo que recaló hace ya unos cuantos años en estas tierras. En la actualidad tiene muy avanzada, a través de la Fundación Pano, y tras un laborioso y meritorio trabajo, la reconstrucción de la antigua iglesia parroquial de esta pequeña localidad que se halla situada en un paraje rocoso de gran belleza. Pano constituye el final de la etapa del GR-1 que hemos recorrido en estas líneas. Desde aquí, el Sendero Histórico continúa en dirección a Troncedo y La Fueva, ya en la comarca del Sobrarbe.
Datos útiles: Distancia: 14 Km. Tiempo: 4 horas 45 minutos. Desniveles: Graus (460 m.) – Collado de San Martín (1144 m.) – Pano (891 m.)
Carlos Bravo Suárez
(Centro Excursionista Ribagorza)
Artículo publicado hoy en el suplemento "Aragón, un país de montañas" de Heraldo de Aragón.