“El
Paso de las Devotas”. Carlos Calvera. Gráficas Editores. 2015. 214 páginas.
Nacido
en Barcelona en 1964 y vinculado familiarmente a la localidad ribagorzana de
Capella, Carlos Calvera trabaja como técnico forestal y ha participado en
diversos proyectos relacionados con la gestión de espacios naturales y la
prevención de incendios. Como escritor, además de algunos relatos premiados, ha
publicado las novelas “El naufragio de La Medusa” (Abraxas, 2005) y “El
reverso” (Ediciones B, Grupo Z, 2012). Recientemente la barbastrense Gráficas
Ediciones ha publicado su nueva novela “El Paso de las Devotas”, ambientada en
tierras altoaragonesas.
Según
se explica al inicio de la novela, fue un militar republicano quien en 1938, en
plena retirada a Francia de la conocida Bolsa de Bielsa, al proceder a destruir
los documentos y archivos del consistorio belsetano, encontró un diario
manuscrito firmado por Fernando de Artales, un comisionado real enviado al
valle de Bielsa para aplicar el Decreto de Desamortización de Mendizábal en el
escondido y recóndito monasterio de monjas de los Oscuros de Arpan. Por medio
de este recurso literario, la novela se convierte en la transcripción en
primera persona del relato contado por el joven funcionario, que vivirá en
aquel aislado valle unos hechos insólitos y sorprendentes que marcarán su vida
para siempre.
Conocedor
de la geografía pirenaica, Carlos Calvera juega con la realidad y la ficción al
describir los lugares en que transcurre su novela. El Paso de las Devotas ha
sido siempre el estrecho desfiladero excavado por el río Cinca entre montañas
que ha servido de entrada y salida de un valle remoto, durante mucho tiempo
aislado en gran medida de las tierras más meridionales. En el siglo XIX, sin la
actual carretera, su paso era difícil y arriesgado y, como le ocurre a
Fernando, se hacía necesaria la contratación de un experto guía local para
cruzar la peligrosa y angosta garganta.
Atravesado
el Paso de las Devotas con la ayuda de Carlons, Fernando, que llega a Bielsa en
plena celebración de sus carnavales, se va a encontrar con una sociedad
endogámica y hermética, regida por un atávico matriarcado, reacia a los
forasteros y sumida en prejuicios y supersticiones. Allí hallará supuestas
brujas expertas en plantas medicinales y extrañas monjas que viven en un remoto
cenobio, construido sobre un misterioso pozo que parece conectar con fuerzas
misteriosas procedentes de otros mundos. En su estancia en el valle conocerá a
Don Joaquín Castán, secretario y hombre fuerte de la zona; al espeleólogo y
montañero francés Lucien de Charbonnières, barón de Saint-Saud; a la supuesta
bruja Fetra y su joven hijo Jal; y, sobre todo, a la bella y turbadora
Cornelia. El descubrimiento de ese mundo tan distinto al suyo supondrá un
choque brutal para un personaje ilustrado y racionalista como Fernando y le
abrirá los ojos a una realidad insospechada.
Contada
con buena sintaxis y rico vocabulario, “El Paso de las Devotas” narra una
historia oscura y tenebrosa en la que, además de describir con acierto una
sociedad montañesa de cultura ancestral que el progreso ha ido arrinconando, se
muestran otros mundos ocultos que a veces asoman a la superficie de manera extraña
y misteriosa. En cierto modo, nos encontramos con la dicotomía, tan presente en
la cultura de esa primera mitad del siglo XIX, entre las luces de la
Ilustración y las tinieblas del Romanticismo. Muy acertada resulta en ese
sentido la elección del cuadro “Viajero frente al mar de niebla”, del pintor
romántico Caspar Fiedrich, como portada del libro. Carlos Calvera tiene madera
de buen escritor, esperamos nuevas y buenas novelas suyas en el futuro.
Carlos Bravo Suárez