domingo, 20 de noviembre de 2022

PERSONAS DECENTES

Leonardo Padura (La Habana, 1955) lleva recorrida una larga y prestigiosa carrera literaria, reconocida con numerosos e importantes galardones, como los premios Hammet y Raymond Chandler, la Orden de las Artes y las Letras de Francia en 2013 o el Premio Princesa de Asturias de 2015. Además de cuentos, ensayos y varios guiones cinematográficos, el periodista y escritor cubano ha publicado una quincena de novelas, entre las que destacan “El hombre que amaba a los perros” (2009), basada en la historia del español Ramón Mercader, que asesinó a León Trotsky en México y vivió sus últimos años en La Habana, o “Como polvo en el viento” (2020), sobre el exilio cubano. Y las diez novelas protagonizadas por el investigador y ex policía Mario Conde, la última de las cuales es “Personas decentes”, publicada recientemente en España, como todas las anteriores, por Tusquets Editores.

En “Personas decentes”, encontramos de nuevo a Mario Conde, ex policía, comprador y vendedor de libros viejos, con vocación literaria y ahora ya sexagenario, con sus amigos de siempre, igual de fumador y bebedor y más crítico, escéptico y desencantado que nunca con la situación política y social cubana. La novela tiene dos planos narrativos cronológicos distintos que se van alternando a lo largo de los capítulos del libro. La primera historia sucede en 2016, cuando, en un hecho sin precedentes en el régimen comunista, el presidente estadounidense Barack Obama visita Cuba y en La Habana van a actuar los Rolling Stones. En las fechas previas a dicho acontecimiento, que van a alterar por completo la vida de la isla, aparece asesinado en extrañas circunstancias un antiguo capitoste del régimen castrista, un implacable censor de cualquier actividad artística que se desviara de las consignas ortodoxas revolucionarias, un personaje siniestro y cruel que había destruido la carrera y hasta la vida de numerosos artistas que no habían querido plegarse a sus extorsiones. La policía, desbordada por la visita de Obama y los Rollings, solicitará la ayuda de Mario Conde, que ejerce a la vez como controlador privado para evitar excesos en un club regentado por un amigo. Al primer asesinato se suma un segundo que parece relacionado y “el Conde”, junto a un policía apellidado Duque, inicia una difícil y compleja investigación.

La segunda trama se desarrolla en 1910, cuando el cometa Halley amenazaba con destruir la Tierra, y está contada en primera persona por el policía Arturo Saborit, en un principio honrado y decente pero que acabó cayendo en las redes de Alberto Yarini, un personaje refinado y rico, carismático y seductor, que tiene aspiraciones políticas y controla, en competencia con mafiosos franceses, el boyante negocio de la prostitución en La Habana, conocida en aquel tiempo como la Niza del Caribe. También en esta trama encontramos dos asesinatos misteriosos. En este caso de dos jóvenes prostitutas de La Habana Vieja. Ambas tramas se desarrollan en paralelo hasta una sorprendente convergencia final.

Con su brillante prosa habitual, Padura teje una magnífica novela, impecablemente estructurada y brillantemente rematada en su desenlace. Como él mismo ha dicho, “Personas decentes” es la más policial de las narraciones de la serie Mario Conde hasta la fecha. Y, posiblemente, como ha escrito el especialista en novela negra Juan Carlos Galindo, “la más redonda, compleja y fascinante historia” protagonizada por el ex policía. Pero, también, como mostraron maestros del género como Dashiell Hammet o Raymond Chandler, además de construir un sólido relato policiaco, lleno de tensión e intriga, la novela contiene una fuerte carga de crítica social y Padura no se muerde la lengua a la hora de criticar, a través de su personaje, casi su alter ego, la lamentable situación política, económica y social que sufre la isla. “Personas decentes” es, por tanto, una novela policiaca y social.

Respecto al título de la novela, transcribo estas líneas de Javier García Recio: “¿Hay gente decente en Cuba? La hay, pero serlo es difícil y casi imposible de practicar en esta isla tropical azotada por el sol, en la que el cinismo ha derivado en modo de vida y donde no decir lo que se piensa es una práctica acendrada; es más, la supervivencia en Cuba obliga a olvidarse de la ética de la decencia”. Y luego está la hipocresía y la doble moral, de las que el censor dirigente del régimen asesinado al inicio de la novela es un muy claro ejemplo.

“Personas decentes” confirma la espléndida madurez literaria de Leonardo Padura y consolida su lugar preminente dentro de la literatura actual en lengua española. Esperemos que le quede cuerda para rato y siga proporcionando nuevas lecturas a sus muchos seguidores de ambos lados del océano.

“Personas decentes”. Leonardo Padura. Tusquets Editores. 2022. 448 páginas.

jueves, 17 de noviembre de 2022

EN UN DÍA SOLEADO, EL CER ASCENDIÓ A LOS IBONES DE LA MUNIA


El pasado domingo, en un día muy soleado con temperatura muy agradable, el Centro Excursionista Ribagorza realizó una bonita excursión a los ibones de La Munia, también llamados de La Larri o Gorgos del Tromacal, desde la Plana de Petramula, en el municipio de Bielsa, dentro de la comarca de Sobrarbe.

La mayor parte de los 19 participantes en la actividad salimos de Graus a las 7 horas y nos dirigimos por carretera hasta Parzán, localidad situada en la A-138,  poco después de pasar Bielsa. En Parzán, tomamos una pequeña carretera local que en 3,5 km lleva a la pequeña población de Chisagüés. Desde allí seguimos una pista de tierra de 7 km que termina en la Plana de Petramula, en peor estado en los últimos 2,5 km desde la Borda Bruned.

En la Plana de Petramula, sobre las nueve de la mañana y a 1916 m. de altitud, comenzamos nuestra excursión. A la derecha del final de la pista arranca un sendero muy visible y fácil de seguir. Cruzamos primero el barranco o arroyo del Clot, dejamos a la izquierda una bonita cascada y ascendimos por terreno herboso de pastos. A nuestra espalda, teníamos estupendas vistas de la sierra de Espierba y del pico Comodoto y, progresivamente, de las caras norte de la Tusa y las Tres Marías y de la Punta de las Olas, el Pico Añisclo y Monte Perdido.  Con el Pico Robiñera a nuestra derecha, los pastizales se convierten en terreno pedregoso y comenzamos a encontrar zonas con algo de nieve, blanda y sin dificultades de atravesar. Siempre en subida, llegamos al Collado de las Puertas, a 2530 m. de altitud, y divisamos ya el ibón inferior de La Munia. Allí, con el pico de La Munia de fondo, hicimos la parada para comer algo y hacer la foto de grupo.

Tras el receso, nos repartimos en dos grupos. Uno de ellos se dirigió hacia el mirador que hay al oeste de los lagos y el otro al ibón superior de La Munia. Bordeando por la derecha el ibón inferior, y con la nieve algo más dura pero con huella hecha, llegamos al ibón superior, más pequeño que el inferior. El ibón inferior está a 2520 m. de altitud y tiene 5,4 hectáreas de extensión. El superior se halla a 2536 m y su extensión es de 2,2 hectáreas. Disfrutamos de la vista de ambos lagos con las montañas próximas reflejadas en sus aguas como si fueran un espejo y retornamos al ibón bajo, donde nos reagrupamos de nuevo con quienes habían ido hacia el balcón del oeste, que habían disfrutado de vistas de Monte Perdido, el Cilindro, el Marboré o el Gran Astazu, entre otras montañas.

Juntos, retornamos por el mismo camino de subida hasta la Plana de Petramula, donde sobre las 13,30 horas dimos por terminada la excursión. Habían sido 7,5 km de recorrido con 700 m. de desnivel acumulado. En los que invertimos cuatro horas y media con paradas.

jueves, 3 de noviembre de 2022

POR LAS ERMITAS DE BONANSA Y EL BOSQUE DE PEGÁ

El pasado domingo, los clubes Centro Excursionista Ribagorza de Graus y Agrupación Deportiva Llanos del Hospital de Benasque realizaron una bonita excursión conjunta con un recorrido circular por la ruta de las ermitas de Bonansa, rematado con un paseo final hasta la borda de Ansuilo, en el  bello bosque de Pegá, en la zona oriental de la comarca de Ribagorza.

En la actividad participamos 38 excursionistas, 21 del club grausino y 17 del benasqués, que partimos por carretera desde nuestras respectivas localidades de origen para encontrarnos en el Puerto de Bonansa. Allí, a 1380 m. de altitud y poco antes de las ocho de la mañana, comenzamos la excursión andando, descendiendo primero por el GR-15 hasta la localidad de Bonansa, donde los excursionistas realizamos una breve parada para visitar la población, donde destacan la Casa Navarri, en la que nació el político y escritor Joaquín Maurín, y la iglesia parroquial de Santa Coloma.

Desde Bonansa, los caminantes ascendimos a la ermita románica de San Aventín, situada muy cerca del pueblo y considerada una de las más antiguas de Aragón. Desde allí, continuamos por camino marcado hasta la también románica ermita de San Roque, con bello interior con planta de cruz. Siguiendo el PR-HU214, que combina tramos de pista y sendero, y atravesando un espeso bosque de pinos, tras aproximadamente una hora desde San Roque, llegamos a la ermita de San Salvador, pequeña construcción también románica, junto a la cual hay un bonito mirador con vistas de varios pueblos de la zona y de un buen número de montañas del Pirineo aragonés más oriental y del catalán más occidental. Disfrutando de ese excepcional paisaje y de la suave temperatura de la mañana soleada, hicimos una parada para desayunar y reponer fuerzas.

Tras el receso, retornamos a un cruce anterior y subimos por una pista hasta la ermita de Santa Lucía, un edificio originario del siglo XVI y muy reconstruido, que ya pertenece a la localidad de Alins y, por tanto, al municipio de Laspaúles. En el interior de la ermita hay un manantial cuyas aguas, según la devoción, tienen efectos favorables para la vista. Tras acercarnos a un mirador con vistas de Alins, descendimos hacia el cruce anterior y continuamos en dirección al Alto o Puerto de Bonansa. En una zona de prados, conocida como Els Plans, nos desviamos ligeramente a la derecha para acercarnos a la Roca de las Nueve Cadollas, un lugar donde, según la leyenda, unas ninfas llamadas encantarias lavaban sus ropas y las tendían al sol. En ligero descenso continuamos por camino marcado hasta el Alto de Bonansa, donde cerramos el círculo de la ruta de las ermitas.

Para completar la excursión, dimos un agradable paseo por el bosque de Pegá, con un precioso hayedo, hasta la borda de Ansuilo y su mirador del  congosto de Obarra. Volvimos al Puerto de Bonansa y concluimos el recorrido. Fueron 15,5 km, con 520 m. de desnivel, en casi seis horas con las paradas.