sábado, 30 de abril de 2022

DIECINUEVE CUENTOS DE ZADIE SMITH


Tras el gran éxito de sus cinco novela anteriores, “Grand Union” es el primer libro de relatos publicado por Zadie Smith (Londres, 1975). Con tan solo 25 años, y gracias en gran parte a la habilidad comercial de su agente literaria, la escritora británica, hija de madre jamaicana y padre inglés, tuvo un exitoso debut literario en 2001 con su novela “Dientes blancos”. Premiada con numerosos galardones, la novela fue adaptada por Channel 4 para una serie de televisión y llevada al teatro. Además de algunos ensayos, a “Dientes blancos” siguieron las novelas “El cazador de autógrafos” (2002), “Sobre la belleza” (2005), “NW London” (2012) y “Tiempos de Swing” (2016), todas ellas editadas en España por Salamandra. Esta misma editorial ha publicado recientemente en nuestro país “Grand Union”, el primer libro de relatos de Zadie Smith, con traducción de Eugenia Vázquez Nacarino.

“Grand Union” es un conjunto de diecinueve relatos, de temáticas y enfoques literarios muy dispares y diferentes entre sí. Encontramos crónica y crítica social, autoficción, parábolas políticas, consignas para un taller de escritura y hasta varios relatos distópicos o de ciencia ficción. La crítica Johanna Thomas-Corr, de The Guardian, lo resume así: “Aquí hay autoficción, experimentación formal, ciencia ficción distópica, surrealismo, sátira social, parábola y una historia desde el punto de vista de Dios (“Bloqueado”) que se lee como una graciosa reflexión sobre la inquietud creativa”. El resultado es, en mi opinión, bastante desigual. Hay algunos relatos estupendos, llenos de ingenio, mordacidad y crítica, y otros más confusos y por debajo del nivel y calidad esperables. Ocurre esto, sobre todo, con algunos de los textos distópicos, que aunque entrañan una crítica al uso de algunas nuevas tecnologías y vislumbran un futuro poco halagüeño, no logran demasiada claridad argumental ni  una buena resolución literaria. Sólo “Huida de Nueva York”, entre los relatos de este tipo, incide en la sátira social haciendo escapar juntos de Nueva York a Michael Jackson, Liz Taylor y Marlon Brando tras los atentados del 11-S.

La mordacidad y la sátira social ácida e irónica, con destacable atrevimiento ante los tabúes de lo políticamente incorrecto, están presentes en relatos como “La dialéctica”, el sentimiento de culpa de una madre ante las recriminaciones de su hija por la relación con los animales, o “La señorita Adele entre corsés”, que narra la bronca que monta un travestido en una tienda de ropa interior. Sin embargo, hay certero feminismo y crítica al racismo en “Educación sentimental” o en “Kelso deconstruido”.  Muy divertido es “El Río Vago”, una irónica parodia de la banalidad de un grupo de turistas británicos en su lugar de veraneo en Almería. En “Por el rey”, encontramos el amor y la paciencia de una madre ante el tic repetitivo de su hijo, como coda a una interesante conversación entre la propia autora y un amigo, al que se cita simplemente como V, con quien queda para cenar juntos en el Café de Flore de París. No me resisto a transcribir aquí algunas interesantes reflexiones que se deslizan en el texto: “Escuchar a V me hizo sonreír. Cuando él me preguntó por qué sonreía, le dije que estaba pensando en toda la gente de mediana edad del mundo que en ese instante se torturaba (sobre todo a través de los artículos sobre estilos de vida del periódico dominical) observando el poliamor de los jóvenes, preguntándose si después de veinte años de matrimonio aún no era demasiado tarde para introducir la idea de abrir de algún modo sus relaciones”. O esta otra: “Le confesé a V que antes prensaba que la gente sentía envidia malsana por la presunta libertad sexual de hombres como él, pero ahora me parecía que la mayoría no quería libertad sexual, en el fondo, al menos si significaba conceder la misma libertad a quien uno mismo desea en exclusiva”. ”Grand Union” es el último relato del libro y el que le da título. En él, la autora queda con su madre muerta en el Grand Union Canal, en Londres, que sirve de metáfora del encuentro y la fusión casi panteísta entre todas las generaciones de mujeres del linaje familiar.

No es fácil encontrar algo en común entre tanta variedad de relatos y técnicas narrativas. Zadie Smith parece necesitar mostrar su falta de encasillamiento y su permeabilidad a toda clase de fuentes e influencias. Necesita cambiar de escenario (Nueva York, Londres, París, Almería…) y ser poliédrica y polifacética en su escritura. Rebeca Makkai, crítica de The New York Times, se atreve a buscar ese común denominador y apunta a que hay un hilo que guía a todas las historias, que es la manera en que Smith muestra a los personajes: “La idea central es siempre la misma: un personaje se siente víctima singular de las circunstancias, pero termina dándose cuenta de lo tangencial que es a la vida de los demás, o al menos lo hace el lector”.

En cualquier caso, a juzgar por este libro, Zadie Smith parece mucho mejor novelista que autora de relatos. Mientras que en sus novelas logra desarrollar sus historias y sus personajes, el formato breve parece encorsetarla demasiado y resulta con frecuencia insuficiente para lograr sus objetivos. Veremos por qué línea narrativa se decanta en su próxima entrega literaria.

 “Grand Union”. Zadie Smith. Salamandra. 2022. 288 páginas.


jueves, 28 de abril de 2022

EXCURSIÓN DE CENTENERA A LA CORONA DE SANTALIESTRA


El pasado lunes, el grupo grausino Tardes al Sol realizó una excursión entre las localidades ribagorzanas de Centenera y La Corona de Santaliestra, pasando por la arruinada Casa Castellblanc y siguiendo, en la medida de lo posible, el actualmente poco y mal señalizado itinerario del PR-HU49.

Los veinticuatro participantes en la excursión salimos de Graus a las 15.30 horas y nos dirigimos en coche a Centenera, hasta donde llega una estrecha carretera local. Centenera es una pequeña localidad, perteneciente al municipio de Graus, que, tras haber quedado prácticamente despoblada, ha recibido en los últimos años algunos nuevos habitantes, procedentes de distintos lugares de Europa, que han arreglado en mayor o menor medida varias de sus casas. Tras recorrer la única calle en torno a la que apiña un caserío de clara disposición defensiva y medieval, salimos del pueblo por una pista de tierra por la que transita el citado PR-HU49.

Muy pronto tomamos a nuestra izquierda otra pista que asciende de manera bastante pronunciada. Al llegar a un cruce de caminos, abandonamos la pista que seguíamos y tomamos a la derecha un poco evidente sendero en cuyo arranque hay un hito de piedras a modo de indicador. En este tramo, el sendero está bastante invadido por las aliagas y otras hierbas y matorrales y transita junto a un acantilado rocoso que descubre buenas vistas hacia el este y el norte: La Puebla de Fantova y la fortaleza de Fantova y los despoblados Yardo o Erdao, Torroella de Aragón y Abenozas, entre otros lugares.

En un tramo con algunas carrascas, dejamos momentáneamente el sendero para intentar llegar a la Casa Castellblanc, antigua casa fuerte en uno de cuyos lados se levanta una torre de planta cuadrangular y de muy rustica construcción. Acceder  hasta ella no resulta nada fácil, pues las zarzas y la ruina progresiva se han apoderado del lugar. Retornamos al camino principal que, ahora otra vez en forma de pista, nos condujo a La Corona, un despoblado de cuatro casas y algunos edificios anexos situado en un extenso altiplano. Después de una parada para merendar, continuamos camino hasta la ermita de Santiago, que se encuentra a poco más de un kilómetro de La Corona. Se trata de una pequeña construcción popular rodeada de varios hermosos robles. Detrás de la ermita, tras su pared occidental y asomando a un precipicio de vértigo, hay un extraordinario mirador sobre el valle del Ésera. Desde allí disfrutamos de magníficas vistas, con Santaliestra y sus diversos barrios junto al río Ésera y la carretera en el centro del valle, muy verde tras las últimas lluvias, debajo de nosotros. Allí nos hicimos la foto de grupo y retornamos a Centenera por el mismo camino de la ida, pero ya ahora sin pasar por Castellblanc.

La distancia recorrida en la excursión fue de once kilómetros, en los que invertimos tres horas y media, incluyendo las largas paradas. El desnivel acumulado fue de 340 m. Ya atardeciendo, volvimos a Graus después de haber disfrutado de un agradable paseo primaveral.

jueves, 21 de abril de 2022

EXCURSIÓN CIRCULAR DEL CER A LAS ERMITAS DE SAMITIER Y EL ENTREMÓN



El Centro Excursionista Ribagorza organizó el pasado domingo una excursión circular desde la localidad de Samitier, en la comarca de Sobrarbe. En una mañana soleada y de temperatura casi veraniega, el recorrido transcurrió por las ermitas de Santa Valdesca y San Emeterio y San Celedonio y por el congosto del Entremón, en el encajonado tramo del río Cinca que desciende desde la presa de Mediano al puente de Ligüerre.

Los 24 excursionistas salimos de Graus a las 8 horas y nos dirigimos por carretera hasta Samitier, junto a cuya iglesia parroquial y la fuente de su plaza aparcamos nuestros vehículos. Desde allí, a las 8.45 horas, iniciamos nuestro recorrido a pie siguiendo los nuevos indicadores de madera que permiten subir al castillo por un nuevo sendero que ha sido acondicionado recientemente. Este nuevo itinerario es mucho más atractivo para los senderistas que el que transita por la pista de tierra, que era el único que podía seguirse hasta no hace mucho.

En poco rato, y siempre en subida, llegamos a la ermita de Santa Valdesca, una construcción del siglo XVI cuyo interior visitamos. Continuamos subiendo hasta desembocar en la pista y disfrutar de magníficas panorámicas del embalse de Mediano, con una parte de la torre del antiguo pueblo que da nombre al pantano emergiendo de las aguas y con el Pirineo nevado al fondo. Tras un corto ascenso por terreno ya rocoso, llegamos a la ermita de San Emeterio y San Celedonio, extraordinaria construcción románica de tres ábsides que data del siglo XI y fue restaurada a finales de los pasados años noventa. Tras atravesar la ermita, salimos a los restos del viejo torreón del castillo medieval. Todo el conjunto, situado en un lugar vertiginoso sobre verticales paredes de roca, es impresionante. Allí nos hicimos la foto de grupo y disfrutamos de las excepcionales vistas que el lugar ofrece.

Descendimos a la pista y subimos por sendero poco marcado y con alguna fácil trepada hasta los restos de la llamada torre mora, ubicada en un peñasco que está frente al conjunto de ermita y torreón que acabábamos de visitar. Descendimos luego en busca de la pista que por la izquierda baja hacia Ligüerrre de Cinca. Nos salimos de la pista y tomamos un sendero que desemboca en la carretera. Al otro lado de la misma, junto a las ruinas de la ermita románica de San Salvador, hicimos una parada para almorzar y reponer fuerzas.

Volvimos a la carretera, cruzamos el puente sobre el Cinca y tomamos el GR-1 por un sendero a nuestra izquierda que se adentra, por la margen izquierda del río, en el llamado Congosto del Entremón. Pasamos frente a la cueva de las Palomas y por el aéreo paso de la Media Caña y no tardamos en llegar a la presa de Mediano. Continuamos por un tramos de carretera y nos desviamos por una senda a nuestra izquierda que en poco minutos nos devolvió a Samitier, donde llegamos a las 13.30 horas. Habíamos recorrido poco más de 13 kilómetros en cuatro horas y cuarenta y cinco minutos con las paradas.

https://www.diariodelaltoaragon.es/noticias/deportes/2022/04/20/excursion-circular-del-cer-a-las-ermitas-de-samitier-y-el-entremon-1568650-daa.html

domingo, 17 de abril de 2022

LA PASIÓN SEGÚN AMÉLIE NOTHOMB

“Sed” es la última novela de Amélie Nothomb, prolífica escritora belga en lengua francesa. De nombre real Fabienne Claire Nothomb, y con el título nobiliario de baronesa, ha publicado prácticamente un libro por año desde que en 1992 iniciara su productiva carrera literaria. Hija de un diplomático belga, la escritora nació en Kobe (Japón) en 1966 y pasó la infancia y ha vivido en este país, de cuya lengua es intérprete y traductora, además de en China, Estados Unidos, Laos, Birmania y Bangladés. Estudió Filología Románica en la Universidad Libre de Bruselas, es miembro de la Academia de la Lengua y de la Literatura Francesas de Bélgica y ha recibido numerosos e importantes premios y reconocimientos. Ha publicado una treintena de novelas, de las que hemos reseñado algunas en esta sección, y varios libros de relatos y obras teatrales. Hace unos meses, Anagrama, su editorial española de siempre, ha publicado su última novela, “Sed”, con traducción del francés del escritor Sergi Pàmies, traductor habitual de las obras de la escritora belga en nuestro país.

Como es habitual en su narrativa, “Sed” es una novela corta, de poco más de cien páginas, que se lee con facilidad de un tirón o dos. Algún crítico ha llamado certeramente “balas”, por su brevedad y rapidez de lectura, a estas narraciones de Nothomb. Si en su novela “Barba Azul”, la escritora belga recreaba la fábula de Charles Perrault, ahora con “Sed” se atreve con una recreación mucho más difícil y arriesgada. Nada más y nada menos que el hecho fundamental de la llamada Historia Sagrada: la muerte y la resurrección de Jesucristo. Lo que millones de cristianos de todo el mundo celebran religiosamente cada año en la Semana Santa como la pasión de Cristo, un relato contado con diferentes matices en los Evangelios, que narran la vida del llamado Mesías y componen el Nuevo Testamento.

Y Amélie Nothomb lleva a cabo esta recreación en un relato contado en primera persona por el propio Cristo. Y lo hace con solvencia narrativa y desde una perspectiva personal que, aunque atrevida y algo iconoclasta, no resulta a mi entender ni escandalosa ni provocativa porque, antes que nada y sobre todo, es literatura. En su, en ocasiones contradictoria, condición de hombre y de hijo de Dios, Jesús narra los últimos momentos de su vida desde el juicio a que es sometido por Poncio Pilatos hasta la ejecución de su condena y, ya de manera más breve, su “resurrección” posterior (“¿resucité o fui resucitado?”). Reflexiona sobre su encarnación en un cuerpo y busca mitigar el dolor físico al que es sometido en su crucifixión. Recuerda el testimonio en su contra de aquellos a los que había ayudado con sus milagros. Narra las etapas de su castigo y destaca la ayuda de Simón de Cirene y de Verónica. También la presencia de las dos mujeres que lo amaron y a las él que amó: su madre María (“la relación se invierte hasta tal extremo que mi madre se convierte en mi huérfana”) y Magdalena (“cada noche, me habría dormido abrazando a mi mujer; cada mañana, me habría despertado a su lado; no existe felicidad que pueda igualar esta hipótesis”).

Y reflexiona sobre el éxito o el fracaso de la misión que con su sacrificio le asignó su padre. Sobre la glorificación de su sacrificio y sobre el sadismo explícito que entraña su expiación. Como se sintetiza en la edición del libro: “Aparecen en estas páginas Poncio Pilatos, los discípulos de Cristo, el traidor Judas, María Magdalena, los milagros, la crucifixión, la muerte y resurrección, las conversaciones de Jesús con su padre divino... Personajes y situaciones de todos conocidos, pero a los que aquí se da una vuelta de tuerca: se nos cuentan con una mirada moderna, un tono lírico y filosófico con toques de humor. Jesús nos habla del alma y la vida eterna, pero también del cuerpo y del aquí y ahora; de lo trascendental, pero también de lo mundano. Y aflora un personaje visionario y reflexivo que conoce el amor, el deseo, la fe, el dolor, la decepción y la duda”.

La escritora belga hace un nuevo ejercicio de preciosismo literario, en su estilo siempre sobrio y elegante. Combinando con equilibrio narración, descripción y reflexión, Nothomb hace honor a la máxima graciana de lo bueno, si breve, dos veces bueno. Seguro que no habrá que esperar demasiado para leer su próxima novela.

   “Sed”. Amélie Nothomb. Anagrama. 2022. 128 páginas.

jueves, 14 de abril de 2022

EXCURSIÓN CIRCULAR DE CAMPO A BIESCAS DE BARDAJÍ Y SUS POZAS

El pasado lunes, el grupo grausino Tardes al Sol organizó una excursión circular desde Campo, pasando por las ruinas del castillo de Sin, Biescas de Bardají, su iglesia románica de San Saturnino y sus pozas y un gran enebro o chinebro próximo al camino. En una tarde soleada y con muy buena temperatura, fueron treinta las personas que participamos en esta actividad que conjugó el senderismo con el conocimiento del patrimonio y el paisaje de esta zona media de la comarca de Ribagorza.

Los excursionistas salimos de Graus a las 15.30 horas y nos dirigimos en coche hasta Campo. Allí, junto a un conocido restaurante local situado junto a la carretera N-260, aparcamos nuestros vehículos e iniciamos nuestra excursión a pie. Atravesamos el casco antiguo de Campo en dirección al este, pasamos por la plaza mayor y su iglesia parroquial y junto a la ermita de San Sebastián, giramos a nuestra izquierda para tomar el PR-HU122, que lleva a las ruinas del castillo de Sin, situadas en el llamado Tozal de las Viñas. Tras una corta subida con sol y bastante calor, llegamos a los restos de este castillo, cuyo basamento algunos remontan a la época romana. Desde allí se contemplan espléndidas vistas de Campo y de Biescas con el Turbón al fondo.

Tras una parada, retornamos al sendero que ahora enlaza con el PR-HU 50 que también viene desde Campo por Beleder y nos lleva hasta Biescas. Después de pasar junto a varios bellos ejemplares de roble o caixigo, llegamos a esta pequeña localidad perteneciente al municipio de Valle de Bardají. Desde su escaso, pero bien arreglado, caserío, descendimos por carretera hasta la iglesia parroquial de San Saturnino, románica y restaurada, junto a la cual nos hicimos una foto de grupo. Desde allí, volvimos al PR-HU50 y enseguida tomamos un camino a la izquierda que lleva a las pozas. Es un lugar muy bucólico con numerosos árboles y algunos bancos de madera. En el pequeño barranco que baja de Cervín, se ha formado una sucesión de presas naturales que han conformado un conjunto de pozas de no demasiada profundidad pero gran belleza. Junto a ellas, paramos a merendar antes de continuar nuestro camino.

Continuamos por un sendero bien señalizado en dirección a Campo. Enseguida nos desviamos unos metros a la derecha para ver un enorme ejemplar de enebro o chinebro. Retornamos al camino y pasamos por una zona de margas o terreros antes de volver al casco urbano de Campo y cerrar el círculo de nuestro itinerario. Había sido un agradable y relajado paseo de poco más de ocho kilómetros, en el que invertimos casi cuatro horas con las largas paradas de la merienda y la detallada visita a los diversos lugares de interés que el camino nos fue deparando. Aún rematamos la tarde tomando unos gratificantes refrescos en Campo antes de volver por carretera a Graus.

https://www.diariodelaltoaragon.es/noticias/deportes/2022/04/14/excursion-circular-de-campo-a-biescas-de-bardaji-y-sus-pozas-1567370-daa.html

miércoles, 6 de abril de 2022

EL CER ASCIENDE A LA CIMA DE LA ZONA ARAGONESA DEL MONTSEC


El pasado domingo, el Centro Excursionista Ribagorza organizó una excursión hasta la cima del Montsec de L’Estall, en el municipio de Viacamp y Litera, en la zona más oriental de la comarca de Ribagorza, ya en el linde entre las comunidades aragonesa y catalana. El Montsec está dividido en tres zonas, separadas por los ríos Noguera Ribagorzana y Noguera Pallaresa. El Montsec de L’Estall, en Aragón, y el Montsec d’Ares y el de Rubies, ya en Cataluña.

Los 24 participantes en la actividad salimos de Graus a las 7.30 de la mañana y nos dirigimos en coche hasta Viacamp, donde abandonamos la carretera N-230 para tomar la pista, ahora en buena parte asfaltada, que lleva al refugio de Montfalcó. Tras cinco kilómetros de pista, aparcamos los vehículos en una explanada a nuestra izquierda y las 8.15 horas iniciamos nuestra excursión andando. Fuimos un rato por la pista principal y luego la dejamos por nuestra izquierda para tomar el PR-HU45, que viene de Puente de Montañana y lleva a los despoblados Fet y Finestras. Después de un tramo de sendero que transita por bosque de carrascas y bojes, salimos de nuevo a la pista principal y llegamos a L’Estall, un despoblado que llegó a tener 14 casas y hoy es pasto de las ruinas y las zarzas. En este lugar vivió Santiago Pena, ganador de un Premio Félix de Azara, que entre 1974 y 2003 fue el único habitante del pueblo y de toda esta zona de la comarca.

Después de ver las ruinas de la iglesia de Santa María, retornamos a la pista, que enseguida volvimos a abandonar por nuestra izquierda para tomar el PR-HU200, que nos iba a llevar a la cima de la sierra.  Es un sendero ornitológico bien señalizado cuyo primer tramo transcurre por zona de balsas, juncos y algunos chopos, donde se hallarían algunos huertos del pueblo. Dejamos a la izquierda las ruinas de la ermita de San Miguel e iniciamos una fuerte subida por terreno abierto y rocoso hasta alcanzar el Paso de San Miquel y la Faixana d’es Moros. Aquí, de repente, apareció ante nosotros buena parte de la cornisa pirenaica, con  montañas como Cotiella, Turbón y el Aneto y muchas del Pirineo catalán. Giramos a nuestra derecha y continuamos en paralelo a las enormes cortadas rocosas de la entrada meridional del congosto de Montrebei, con las azuladas aguas del pantano de Canelles debajo de nosotros. Después de pasar por la zona conocida como La Plleta, y tras una corta subida final, llegamos a la cima del Montsec de L’Estall, situada a 1331 m. de altitud.

En la cima, disfrutamos de las extraordinarias vistas del Pirineo en un día claro y luminoso, aunque con viento frío en los espacios más abiertos. En un lugar protegido, descansamos para comer algo. Nos hicimos una foto de grupo en el vértice geodésico que señala el lugar de máxima altitud y buscamos una pista próxima que, ya en dirección oeste, en poco más de una hora nos llevó de nuevo al lugar del inicio de la excursión donde habíamos dejado los coches. La distancia recorrida había sido de 13,5 km, con un desnivel acumulado de 600 m. Y habíamos invertido algo menos de cinco horas contando las paradas.

domingo, 3 de abril de 2022

MALAVENTURA


Fernando Navarro (Granada, 1980) es un destacado guionista que ha trabajado, entre otros, con cineastas como Álex de la Iglesia, Rodrigo Cortés, Paco Plaza, Jonás Trueba o Jaume Balagueró. Ha sido dos veces nominado a los Premios Goya, en las categorías de Mejor Guion Original y Mejor Guion Adaptado. Entre su filmografía destacan “Toro” (2016), “Verónica” (2018) o “Cosmética del enemigo” (2020). Su último guion hasta la fecha es “Bajocero” (2021), un thriller para Netflix que llegó a posicionarse como número uno en más de 55 países. Es miembro del Writers Guild of America y ha impartido talleres de Escritura Creativa en la Universidad de Siracusa y en Le Moyne College, ambos en Nueva York. Ha colaborado con medios como Radio 3, Cadena SER, MondoSonoro o Letras Libres. Ahora, con “Malaventura”, publicado por la exquisita editorial Impedimenta, acaba de hacer su brillante debut en la narrativa.

Aunque en su promoción se empeñan en presentar “Malaventura” como una novela, y a pesar de la existencia de una cierta unidad temática entre todos ellos, se trata de un conjunto de catorce relatos breves que comparten una atmósfera común y un mismo marco temporal y, sobre todo, geográfico. El propio autor decía en una entrevista que el tiempo cronológico de los relatos va, más o menos, del que lleva del bandolero al quinqui. También, en cierto modo, del que va de la pobreza casi extrema al plástico de los invernaderos. Todos los relatos están ambientados en la Andalucía oriental; en las provincias de Granada y, sobre todo, Almería, algunos en el desierto de Tabernas donde se rodaron aquellos westerns que están entre las muchas fuentes que han inspirado a Navarro en la creación de sus historias. El autor transcribe directamente en su escritura, y sin cursivas, la lengua hablada de estas zonas del oriente andaluz. Así, además del uso del sufijo diminutivo “-ico” (“zagalico”, “hermanicos”…), se abrevian las terminaciones con “d” intervocálica (“explaná” por “explanada”, “oxidá” por “oxidada” o “Graná” por “Granada”).

Como bien se escribe, con su habitual precisión, en la cubierta de la edición de Impedimenta, “Malaventura” puede considerarse como un acid western de aires tarantinescos, un abanico de historias con el sur como obsesión, un híbrido de Lorca y Cormac McCarthy, que bebe tanto de las letras de la tradición flamenca como de Sergio Leone, y que se lee como una novela de iniciación y muerte. Los héroes y los villanos se desdibujan en “Malaventura”, una suerte de neorromancero ambientado en una Andalucía desesperada y remota, a la vez que irreal y auténtica, mítica y salvaje, llena de personajes extremos: quinquis, hechiceras, cazadores, demonios que se desplazan por las ondas de la radio, mercenarios de buen corazón o niños que maldicen a todo un pueblo. Una mujer barbera atrapada en una reyerta. El cruel linchamiento de un legendario bandolero. Una misteriosa matanza en una fonda en la que el único testigo es un burrico. El amor imposible entre una vidente y un forajido. Una inundación que sigue su curso llevándose por delante todo lo que encuentra a su paso o la inesperada visita de los fantasmas del pasado que buscan ajustar cuentas con un violento guardia civil.

Estamos ante una Andalucía que se enmarca y fluctúa entre el mito literario y flamenco, lorquiano y trágico, y la realidad más cruda y tremendista. Con unos personajes que viven el amor y la muerte, la pasión y la venganza, de una manera extrema y desmesurada. Siempre atrapados por el destino trágico, el fatalismo y la muerte violenta. Acorralados por la mala suerte, la maldición y la malaventura. Pero con elementos literarios que algún crítico ha denominado como surrealismo mágico cañí. Y con ecos de escritores como Juan Rulfo, Cormac McCarthy o John Hawkes. Y, por supuesto, y sobre todo, del “Romancero Gitano”, de García Lorca. Muchos han relacionado también este libro con la corriente literaria que vuelve al western o bebe de él. Con novelas como “Basilisco”, de Jon Bilbao, o “A lo lejos”, de Hernán Díaz, ambas editadas por Impedimenta y reseñadas en esta sección. Este es, en todo caso un western andaluz. Y no del oeste, sino del este de esa región. Emparentado, eso sí, con algunas películas de John Ford y sus héroes homéricos y trágicos y con el mejor spaghetti western de Sergio Leone. “Malaventura” es una novela con muchas resonancias literarias y cinematográficas, pero, a la vez, con un toque original y singular que la diferencia de sus muchas fuentes e influencias. Y, además, el resultado es una obra breve pero densa. Amena y fácil de leer. Y, a la vez, de gran riqueza narrativa y literaria.

El crítico Iñigo Urrutia ha resumido bien el libro: “Navarro intercala voces que conforman como teselas el mosaico de andanzas, aventuras y desventuras que encarnan gitanos, salteadores de caminos, asesinos a sueldo, un superviviente de la horca… para configurar un microcosmos mítico, de atmósfera logradísima, de tragedias oscuras y penas antiguas. Una construcción narrativa que el lenguaje coloquial redondea en esta obra sobresaliente”. Sin duda, “Malaventura” es un libro sobresaliente y su lectura, muy recomendable.

 “Malaventura”. Fernando Navarro. Impedimenta. 2022. 192 páginas.