Pablo J. Rico, nacido en Zaragoza en 1955, es historiador y reputado crítico de arte que ha dirigido numerosas exposiciones en más de una veintena de países. Ha publicado multitud de textos en libros, catálogos y revistas de arte, y monografías sobre Goya, Joan Miró, Yoko Ono, Marina Abramovic y otros importantes artistas internacionales. En la actualidad, es el comisario de la muestra retrospectiva “Santiago Arranz, el artista en su laberinto”, que sobre el polifacético artista serrablés se expone en estos días, y hasta enero de 2022, en el Museo de Huesca.
Aunque zaragozano y aragonés de nacimiento, Pablo J. Rico es un hombre cosmopolita, nómada y viajero, que ha vivido en Mallorca, Alicante y Ciudad de México y pasado largas temporadas en Nueva York, Brasil, Extremo Oriente o Italia. Ambas facetas, la de gran conocedor del arte y la de impenitente viajero, se ponen de manifiesto en “Pau, el hombre que mira lejos”, su primera obra de ficción, publicada recientemente por la editorial Los libros del gato negro.
“Pau, el hombre que mira lejos” es una novela bien escrita y estructurada, con un personaje central (Pau, Pablo, Paul…) que vive diversas y fascinantes experiencias en diferentes lugares del planeta. El relato está contado desde varios puntos de vista, de manera muy poliédrica, con alternancia en el uso de la primera y la tercera personas y con una equilibrada combinación de narración, información y reflexión, repartidas en las dosis convenientes.
Ya la propia portada del libro es un elemento destacado al que se dedican unas líneas en la parte final del mismo. Se trata de una ilustración del óleo “Monje frente al mar”, del pintor romántico alemán Caspar David Fiedrich, intervenida, según se explica en los créditos, por el propio autor del libro y los artistas Ángel Duerto y Paco Rallo. Es una bella metáfora del hombre solo frente al universo, entre la tierra, el mar y el cielo, en tres franjas cromáticas dispuestas en paralelo. Ese hombre de mirada profunda que se proyecta a lo lejos, que da título a la novela y define de manera sintética y precisa al personaje que, siendo tal vez como un monje en su soledad y su deseo trascendente, es polifacético y buscador insaciable de la belleza y los placeres de la vida ligados a esa búsqueda perpetua. Como se dice en algún momento del libro, “la mirada del que mira lejos es una mirada insumisa a la curvatura del universo y sus físicas exigencias pese a tener gastadas las pestañas de ver tanto a ciegas como de mirar a la vida de frente”.
Pero que nadie espere un relato en la línea pseudomística moderna tan presente en nuestros días y continuadora, en cierto modo, de la llamada “new age”, sino una narración cosmopolita con muchas mujeres bellas, experiencias sexuales y viajeras, y enriquecedoras y a veces profundas conversaciones artísticas o literarias. No conviene encasillar ni etiquetar a priori y de manera reduccionista o simple a un libro que contiene, como su propio protagonista, varios planos, capas o, como se decía antes, niveles de lectura.
Se inicia la narración con la carta de respuesta de una editora, mujer también heterónima, o de varios nombres, y de condición polifacética, al autor de un borrador titulado “Historia fragmentada de Pau Llanes y otros relatos paulinos” que, completado y con un final que se incorporará más tarde, será la novela que el lector va a leer en las páginas siguientes. En los sucesivos capítulos posteriores, encontraremos a Pau/Pablo/Paul y a otros fascinantes personajes en lugares tan alejados entre sí como Moscú, Japón, México, Marruecos o Italia, viviendo episodios de seducción, amor y sexo, esoterismo o viajes de iniciación o aprendizaje en diversas experiencias. Me han gustado especialmente los dos capítulos titulados “Mi historia con Don Santos”, una muy atractiva aventura mejicana con algún glorioso momento escatológico al borde del abismo y evidentes reminiscencias de aquellas “enseñanzas de Don Juan” de Carlos Castaneda.
Con “Pau, el hombre que mira lejos”, Pablo J. Rico ha firmado una primera novela de plena madurez vital, con un buen dominio de la escritura y la sintaxis y con un ritmo y una sucesión de historias más o menos entrelazadas que mantienen hasta el final el interés y el disfrute del lector. A partir de un amplio bagaje de experiencias personales, ha elaborado una sólida obra de ficción con un evidente sustrato biográfico y un conocimiento directo de los lugares en que suceden los hechos que se cuentan. Una novela que debe ser leída con atención y detenimiento para poder extraerle toda la rica sustancia que contiene.
“Pau,
el hombre que mira lejos”. Pablo J. Rico. Los libros del gato negro. 2021. 350
páginas.