Los amigos de Eddie Coyle. George V. Higgins. Libros del Asteroide.
2011. 202 páginas.
Los amigos de Eddie Coyle es uno de los libros más influyentes de la novela
negra norteamericana del pasado siglo. Publicada en Estados Unidos en 1970, fue
la primera narración de George V. Higgins (1939-1999), un fiscal, policía y
periodista que escribió después veintiséis novelas más, ninguna de las cuales
alcanzó la relevancia de esta sobresaliente ópera prima.
Los amigos de Eddie Coyle –traducida en su versión española como El confidente– fue llevada al cine por
Peter Yates en 1973, interpretada por Robert Mitchum en su papel principal.
Recientemente también ha sido llevada a las pantallas Mátalos, suavemente, otra de las primeras obras de George V. Higgins.
De Los amigos de Eddie Coyle creo que
había una edición española de 1973 con el título de El chivato, que hoy debe de ser muy difícil de encontrar. Con muy
buen criterio, Libros del Asteroide reeditó a finales de 2011 esta novela
básica del género negro.
Pese
a beber en las fuentes fundamentales de la narrativa policiaca estadounidense, Los amigos de Eddie Coyle es una novela
negra diferente y singular, y constituye en buena medida un hito y un punto de
inflexión en este género narrativo, con influencia también en el cine posterior
y en directores actuales como Quintin Tarantino o Guy Ritchie. La singularidad
más destacable de la novela de Higgins son los diálogos, que sostienen casi por
sí solos toda la arquitectura del relato. Además, Higgins huye de las convenciones del género y
presenta una historia con muchos personajes, en la que gangsters y delincuentes
se mezclan con una policía que se nutre de soplones y chivatos para avanzar en sus
investigaciones. Ambientada en el Boston de los años sesenta –con breves
pinceladas de fondo en que aparecen los Panteras Negras, los Hare Krishna y
algunos hippies y melenudos de la época–, Los
amigos de Eddie Coyle retrata el mundo sórdido del hampa de los barrios
bajos y la despiadada lucha por la supervivencia en unas relaciones humanas en
las que nadie puede fiarse de nadie.
Eddie
Coyle es un delincuente de medio pelo que espera un juicio por un delito de
contrabando de alcohol. Su miedo a la cárcel le lleva a pensar en la delación
de algunos de los muchos conocidos suyos que actúan al margen de la ley para
intentar evitar o aminorar su condena. La narración transcurre en muy pocos
días y se organiza en una rápida sucesión de treinta capítulos, que constituyen
en muchos momentos secuencias cronológicamente casi simultáneas. El resultado
es una novela absorbente, que tiene algo de tragedia griega en el inevitable
destino de su joven y desamparado protagonista.
Carlos
Bravo Suárez