jueves, 30 de noviembre de 2023

EXCURSIÓN DEL CER AL VALLE DE BUJARUELO


El pasado domingo, el Centro Excursionista Ribagorza organizó una excursión al valle de Bujaruelo, en la zona periférica de Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, en la comarca de Sobrarbe. Fue un recorrido, en parte circular, desde Torla hasta San Nicolás de Bujaruelo, siempre a orillas del río Ara. En un día con algunas nubes, pero con una buena temperatura para la práctica del excursionismo.

Los veintiséis participantes en la actividad salimos de Graus a las 7 horas y fuimos hasta Torla por carretera en nuestros vehículos. Sobre las 8.30 horas iniciamos la excursión andando junto al Camping San Antón, un poco más arriba de Torla. Desde el aparcamiento de la carretera, tomamos un sendero y fuimos a ver la ermita de San Antón, una modesta construcción de tipo rupestre incrustada en una oquedad rocosa. Descendimos para tomar otro sendero que remonta el río Ara por su margen derecha. En el puente de Santa Elena, cruzamos el río y continuamos subiendo por la margen izquierda. Tras algunos tramos algo resbaladizos próximos al río, y después de pasar por un precioso bosque de abetos, llegamos a San Nicolás de Bujaruelo. Cruzamos de nuevo el río Ara por el bello puente de piedra de un solo ojo, posiblemente del siglo XVI,  y llegamos a las ruinas de la ermita medieval de San Nicolás y al Refugio de Bujaruelo, donde hicimos una parada para comer algo y recuperar fuerzas.

Tras el receso, iniciamos la vuelta por la pista de acceso de vehículos que sube desde el puente de los Navarros. Por el camino, contemplamos algunas hayas centenarias y, al llegar al puente de Santa Elena, retomamos el sendero por el que habíamos subido. Salimos de él para, por una pronunciada bajada, descender hasta la carretera y acercarnos a ver el puente de los Navarros, cuya antigua construcción de origen medieval se halla junto a la más moderna posterior. Ya por la carretera fuimos hasta el aparcamiento donde habíamos iniciado la excursión y, sobre las 14.30 horas, dimos esta por terminada. La distancia recorrida fue de 18 km, con unos 650 m. de desnivel acumulado, y un tiempo invertido de algo menos de seis horas con las paradas. 

https://www.diariodelaltoaragon.es/noticias/deportes/2023/11/29/excursion-del-cer-al-valle-de-bujaruelo-1694498-daa.html?fbclid=IwAR0NZ4U-yZRjwJ1G4Aqx_CtjhatE_nboiqJqVgLhQjVyC0CzrP01NT3OFH8V

domingo, 26 de noviembre de 2023

PIRINEO NOIR

“Pirineo Noir” es una magnífica novela policiaca ambientada en el Pirineo oscense. Su autora es María Pérez Heredia (Zaragoza, 1994), que publicó su primer libro, “Esos días raros de lluvia” (2013), con diecinueve años. Su segunda novela, “Starman” (2017), tuvo una excepcional acogida por parte de la crítica especializada. Ha publicado también el relato juvenil “Eydís y el largo invierno” (2017), ilustrado por David Guirao, así como diversas colaboraciones, cuentos y artículos de crítica literaria. Desde 2017, vive en Francia, donde ha trabajado en la Universidad de Grenoble como profesora de literatura española. “Pirineo Noir”, publicada en la colección Roja & Negra, de la editorial Reservoir Books del grupo Penguin Random House, es su tercera novela y su debut en el género negro.

“Pirineo noir” transcurre en el pueblo ficticio de As Boiras, situado en los Valles Occidentales del Pirineo aragonés, muy cerca de Hecho, en la comarca de La Jacetania. Allí aparece el cadáver mutilado de una joven, hija de un influyente senador francés. El crimen recuerda a los sucedidos tres décadas atrás, cuando murieron varias jóvenes de la zona de manera parecida. El autor de aquellos asesinatos fue Marzal Castán, conocido como “el Carnicero del Valle”, que acaba de salir de la cárcel y se halla confinado en un piso franco, aquejado de una enfermedad terminal. Las sospechas actuales se dirigen hacia algún admirador del asesino que intenta copiar sus métodos. Para ayudar a la Guardia Civil en sus investigaciones, llega a As Boiras el comisario Kevin Girard, uno de los mejores agentes de la policía francesa, especializado en psicópatas. Le acompaña su mujer Alice Leclerc, que cuando ocurrieron los crímenes anteriores tenía trece años y vivía en As Boiras con su madre y su padrastro, propietarios del mejor hotel de la localidad. Alice era amiga de una de las niñas que murieron entonces y, posteriormente, escribió un libro sobre aquellos hechos que la hizo famosa, pero que la convirtió también en persona non grata en As Boiras. Alice será la narradora de la novela y su principal personaje.

Con un perfecto dominio de todos los recursos literarios, sorprendente y muy meritorio en una autora tan joven, María Pérez Heredia ha construido una entretenida y muy bien elaborada novela negra, que mantiene la atención y la intriga en el lector hasta sus páginas finales. A pesar del arranque algo tópico en este tipo de relatos, con la presencia de un asesino en serie, autor de crímenes crueles y sangrientos, la novela evoluciona por una línea más personal y, a la solidez de la trama policiaca, añade otros elementos de interés. Sobresale la figura de la propia narradora, Alice Lecrec, en cuya personalidad pasada y presente se profundiza en la novela. Se incide en su relación de íntima amistad con Ana, hija de  Marzal Castán y también asesinada por este, cuando Alice vivió en As Boiras en su juventud. También en las difíciles relaciones con su madre y su padrastro, en su situación conyugal con el comisario Girard y en el rechazo que sufre por buena parte de la localidad pirenaica a la que ha vuelto tras larga ausencia. De hecho, el relato transcurre en dos planos temporales. En la narración presente se intercalan en cursiva algunos breves episodios del pasado vividos por Alice con su amiga Ana.

Otro aspecto destacado de la novela es la importante presencia y protagonismo en ella del paisaje pirenaico. Según ha contado en alguna entrevista, María Pérez Heredia veraneaba en su infancia y adolescencia en el Pirineo oscense y conoce de primera mano ese impresionante marco geográfico, siempre adecuado para cualquier tipo de relato, y también la complejidad y atmósferas cerradas que suelen impregnar a las pequeñas sociedades rurales. En esta línea, “Pirineo Noir”, ya desde su título, se inscribe en la emergente corriente de la novela policiaca de carácter rural, en contraste con el género negro clásico, tanto cinematográfico como literario, que suele tener una ambientación más urbana. Esta novela puede relacionarse, por tanto, con el exitoso “country noir” estadounidense, del que hemos reseñado varios títulos en esta sección, y, por descontado, con las narraciones del escritor francés Bernard Minier, que transcurren también en espacios pirenaicos, tanto franceses como españoles. Por otro lado, la crítica ha vinculado esta novela con las de autores del género tan destacados como Gillian Flynn, Joyce Carol Oates y Virginia Feito. Y, por su adictiva y trepidante trama, se ha querido ver en ella reminiscencias de la exitosa “La verdad sobre el caso Harry Quebert”, de Joel Dicker.

Esta novela sitúa a María Pérez Heredia como una de las nuevas voces más deslumbrantes y llamativas de la literatura española actual, a la que habrá que prestar una especial atención en el futuro. Pese a su exultante juventud, ha demostrado en los libros ya publicados que puede dominar distintos géneros y registros literarios con sorprendente maestría y madurez. Y, desde luego, “Pirineo Noir” es una novela de muy recomendable lectura, que, con sus personajes Kevin y Alice, podría tener una continuidad en una posible saga literaria y hasta, por sus características tan cinematográficas, ser trasladada con bastantes garantías de éxito a la pantalla. 

“Pirineo Noir”. María Pérez Heredia. Reservoir Books. 2023. 480 páginas.



 

jueves, 16 de noviembre de 2023

ASCENSIÓN DEL CER AL PICO FRAGINETO


El Centro Excursionista Ribagorza realizó el pasado domingo una ascensión al pico Fragineto, en la Sierra de Guara. Fue un recorrido circular desde La Tejería, pasando por la ermita de la Fabana, el barranco de Calcón y las Gargantas. Con subida por el collado de Lizana o de Fragineto y bajada por el de Petreñales. En un día con fuerte viento en el inicio de la excursión, que fue, por suerte, progresivamente amainando a medida que avanzaba la mañana.

Los participantes en la actividad salimos de Graus a las 7 horas y nos dirigimos por carretera en dirección a Huesca, para desviarnos antes por una carretera secundaria que, pasando junto a Liesa e Ibieca, desemboca por una corta pista forestal en La Tejería y un aparcamiento posterior. Sobre las 8.45 horas comenzamos a andar por un sendero que transita por un bosque de pinos. Pasamos junto a la arruinada ermita de la Fabana y llegamos al barranco de Calcón, que llevaba bastante caudal. Algunos nos pusimos el calzado de agua que habíamos traído para la ocasión y remontamos el bello paraje conocido como las Gargantas.

Terminado el tramo acuoso, dejamos a la derecha el camino que lleva al Tozal de Guara y continuamos por un sendero que, en fuerte subida, nos condujo al Cuello Lizana o de Fragineto. Tras una breve parada, seguimos por una trocha con subida aún más pronunciada, que obliga a alguna fácil trepada, hasta alcanzar una cresta que, sin gran dificultad, permite coronar la cima del pico Fragineto, situada a 1734 m. de altitud.

En la cima, hicimos una parada para comer y disfrutamos de las espléndidas vistas que desde allí se contemplan. Las nubes bajas nos impedían ver con nitidez las nevadas montañas septentrionales, aunque casi debajo de nosotros vimos el pequeño pueblo de Nocito. Hacia el este, y frente a nosotros, teníamos el Tozal de Guara y, un poco más allá, el Cubilars y el Cabezo. Hacia el sur, el embalse de Vadiello y las llanuras de la Plana de Huesca.  Continuamos por la cresta de la Ronera y algunos nos acercamos a la Punta Corcurezo, a pocos metros del camino. Descendimos por un espeso bosque de bojes y acebos hasta el collado de Petreñales y seguimos bajando hasta cerrar el círculo y continuar por las Gargantas, el barranco de Calcón y la ermita de la Fabana, por donde ya habíamos subido. Poco antes de las 17 horas llegamos al aparcamiento y terminamos la excursión. Habíamos recorrido 18,5 km, con 1050 m. de desnivel acumulado, en unas ocho horas con paradas. Una excelente jornada excursionista, con preciosos paisajes y muy buen ambiente de grupo.

https://www.diariodelaltoaragon.es/noticias/deportes/2023/11/16/ascension-del-cer-al-pico-fragineto-1691324-daa.html?fbclid=IwAR3ma5dkrttBvAJy7uo616r3xxYGu1OBjDOhY4SiN-s_sJ-OgHb1Ya7Ddvg


domingo, 12 de noviembre de 2023

MI PADRE ALEMÁN

“Mi padre alemán” fue la obra finalista del II Premio de No Ficción Libros del Asteroide. Su autor es Ricardo Dudda (Madrid, 1992), hijo de padre alemán y madre española, periodista y escritor, miembro de la redacción de “Letras Libres” y actual columnista de “The Objective”, que ha publicado un buen número de artículos en diversos diarios, y el libro “La verdad de la tribu. La corrección política y sus enemigos” (Editorial Debate, 2019), sobre la nueva ortodoxia asfixiante e inquisitiva de lo políticamente correcto.

En “Mi padre alemán”, escrito en primera persona, Ricado Dudda investiga y reconstruye parte de la vida de su padre, Gernot, un publicista de éxito, actualmente octogenario, que reside en El Hoyo, junto a la localidad murciana de Cabezo de Torres, donde padre e hijo mantuvieron una serie de largas conversaciones para la confección del libro que nos ocupa. Gernot Dudda nació en 1940 en la Prusia alemana, en plena guerra mundial. Tuvo que abandonar su casa familiar y, tras huir del ejército ruso y cruzar de la Alemania oriental a la occidental, pasó varios años de su infancia en campos de refugiados en la deprimida y arruinada Alemania de la postguerra. Recuerda como en uno de esos campos “una empresa de Atlanta les regalaba un líquido marrón que sabía a medicamento y que luego se llamaría CocaCola”.  Luego vino a España, donde recondujo su vida y, como dice su hijo, se convirtió en “el único alemán prusiano luterano trombonista refugiado de la Segunda Guerra Mundial que le reza a la Virgen del Rocío”.

“Mi padre alemán” es una sugerente combinación de biografía, ensayo y no ficción narrativa, una mezcla de historia familiar y general, en la que los recuerdos particulares se inscriben en el contexto más amplio de la historia de Alemania durante la Segunda Guerra Mundial y su dura postguerra. En esa simbiosis, destaca el personaje del abuelo Richard, de quien su nieto Ricardo descubre que, como jefe de una policía estatal, sirvió a las órdenes de Friedrich Jeckeln, de las SS, que dirigió muchas de las matanzas de judíos perpetradas por los nazis en Bielorrusia, Rusia, Letonia y Lituania en 1943 y 1944. Su posterior reingreso en la policía de la nueva Alemania ilustra sobre la política de la nueva administración de mirar para otro lado ante la amplísima colaboración de la sociedad alemana con el nazismo. El propio Ricardo Dudda constata este hecho en una entrevista reciente: “¿Cómo es posible que yo descubriera su pasado nazi y la Administración alemana no supiera nada? Miraron para otro lado, al igual que hicieron los rusos en la zona oriental. Si revisaban unos y otros el historial de todos los individuos, no habría quedado posiblemente ninguno y, en ese contexto, lo que urgía era levantar un país de las ruinas”.

Como escribe el crítico literario Luis M. Alonso “las historias que van surgiendo se entrelazan con el ensayo y la reflexión oportuna”. “El pasado y el presente revolotean de manera más ordenada que caprichosa entre las confesiones del padre, ciertas lagunas de la memoria y un compromiso con la verdad que empuja al autor a descartar las piezas del puzzle que pueden confundirnos. Lo mismo sucede cuando las viejas fotografías cobran vida desempolvando a los actores de las historias. La propia escritura inspira confianza al lector, el estilo es sobrio y en ocasiones humorístico, como en los momentos en que Dudda admite indefensión cuando se trata de expresarse en la lengua paterna que desconoce”.

El libro ancla su génesis literaria en un trabajo que el autor escribió sobre su padre en una clase de bachillerato. Y surge, en un proyecto largamente aplazado, de las conversaciones entre padre e hijo en un entorno agradable y motivador. Ambos hablan sobre el pasado familiar, pero también de la vejez, la culpa, el desarraigo o lo voluble de la identidad. Su padre nació en la ciudad de Elbing, entonces prusiana y de población casi cien por cien alemana y hoy casi por completo polaca, de donde se ha borrado toda huella germánica. Durante el pasado siglo los cambios de fronteras en el centro y el este de Europa fueron muy notables, de tal manera que “uno podía nacer de una nacionalidad y morir de otra; un individuo podía ser ruso toda su vida y morir lituano; nacer ucraniano y morir polaco; ser de origen alemán, vivir en Polonia unos años y morir como ucraniano”.

“Mi padre alemán” es un libre breve pero denso, de lectura amena y entretenida, escrito en una prosa fácil y con una acertada mezcla de temas y géneros literarios.

“Mi padre alemán”. Ricardo Dudda. Libros del Asteroide. 2023. 216 páginas


miércoles, 8 de noviembre de 2023

EXCURSIÓN OTOÑAL POR EL VALLE DE ESTÓS.



El pasado domingo, el Centro Excursionista Ribagorza y la Agrupación Deportiva Hospital de Benasque organizaron conjuntamente una excursión por el valle de Estós para disfrutar de los paisajes otoñales en este atractivo valle benasqués. Fue un itinerario en su mayor parte circular con paradas en las cabañas de Santa Ana, la Coma y el Tormo y en las Gorgas Galantes. En un día plenamente otoñal, con cielos completamente cubiertos, pero sin lluvia y con temperaturas agradables durante la excursión.

Los participantes del CER salimos de Graus a las 7 horas y fuimos a Benasque en nuestros vehículos, dando un rodeo por el valle del Isábena por el cierre de la N-260 entre Campo y Seira. A las 8.30 horas nos dimos cita con los excursionistas procedentes de Benasque en el aparcamiento del valle de Estós, donde iniciamos la caminata. Desde la pista que lleva hacia el valle, tomamos un sendero alternativo que transita en paralelo entre bosque y sale de nuevo a la pista algo antes de cruzar el río Estós por el puente de Aguacari. Tras pasar la cabaña de Santa Ana, descendimos hasta el río Estós, lo cruzamos por otro puente y pasamos a la margen izquierda del río, que remontamos por un sendero que, entre bosques y sucesivos barrancos con más caudal del habitual, nos llevó a la cabaña de la Coma y los restos del viejo y quemado cuartel militar, hasta desembocar en la cabaña del Turmo, llamada del Tormo por los autóctonos del valle.

En esta emblemática cabaña, que popularizaron los Celtas Cortos hace unos años en una de sus canciones, hicimos una breve para comer algo. Una batida de caza próxima nos obligó a cambiar nuestros planes y a desechar la programada subida al ibonet de Batisielles. Decidimos retornar al aparcamiento por el camino tradicional, del que nos salimos en un par de ocasiones para contemplar las Gorgas Galantes, varias cascadas del río Estós que, tras las fuertes lluvias recientes, derrochaban caudal y mostraban un aspecto espectacular. Tras cerrar el círculo junto a la cabaña de Santa Ana, terminamos poco después nuestro itinerario en torno a las 14.30 horas. Los treinta participantes en la excursión recorrimos una distancia de 14 km, con 630 m. de desnivel, en algo menos de seis horas con paradas incluidas. Y, pese a los pronósticos que indicaban lo contrario y los abundantes nubarrones negros que cubrían el cielo, realizamos todo el recorrido sin que la lluvia hiciera acto de aparición.

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