Liquidación
final. Petros Márkaris. Tisquets Editores. 2012. 344 páginas.
Gracias
a su serie de novelas protagonizadas por el comisario ateniense Kostas Jaritos,
Petros Márkaris (Estambul, 1937) se ha convertido en el escritor griego actual
más conocido en Europa y en España. Tras Con
el agua al cuello, reseñada aquí el pasado año, Liquidación final supone la segunda entrega de la denominada
trilogía de la crisis. El desengañado y escéptico comisario Jaritos debe
resolver otro caso difícil en plena crisis económica griega, en medio de un
país que vive ahogado por los recortes y la corrupción política.
Si
en Con el agua al cuello se trataba
del asesinato de banqueros y personas vinculadas al mundo de las finanzas, en Liquidación final los asesinados por un
extraño y sorprendente método son algunos grandes defraudadores a la hacienda
pública. El llamado popularmente Recaudador Nacional parece lograr con su
expeditivo método aquello que el Estado griego es incapaz de conseguir con sus
procedimientos legales. Se destapa de esta manera que mientras la mayoría de la
población está en la angustia y los apuros económicos –algunos hasta el extremo
de acudir al suicidio como única solución a sus problemas–, una minoría logra
el enriquecimiento fácil y la evasión de sus obligaciones fiscales amparada en
la parálisis burocrática y la corrupción del sistema. En un momento del libro
puede leerse en boca de uno de los personajes que “el Estado griego es la única
mafia que se ha ido a la quiebra; todas las demás evolucionan y prosperan”.
Como
en su anterior novela, también aquí la acción transcurre en medio de una Atenas
sacudida a todas horas por las huelgas y las manifestaciones, que provocan continuos
atascos en el centro de la ciudad. En paralelo a la investigación policial, se
narran los problemas familiares del comisario Jaritos. Sobre todo la relación
con su mujer y con su hija, que ahora parece dispuesta a irse a África para
mejorar su situación económica y laboral. Por otro lado, el posible ascenso del
comisario, que le permitiría incrementar en algo su recortado sueldo, parece
quedar siempre aplazado. Aun así, otra vez “el lento, anticuado e insoportable”
Jaritos, ayudado esta vez por una guapa y moderna psicóloga, resolverá
finalmente un caso que había logrado poner en jaque a las autoridades griegas y
detener finalmente a un recaudador justiciero que había despertado las
simpatías de una sociedad terriblemente castigada y desencantada con el sistema.
Las
novelas de Petros Márkaris, además de hacer pasar un buen rato al lector,
logran reflejar de manera admirable la tremenda crisis que vive en la
actualidad la empobrecida sociedad helena.
Carlos Bravo Suárez
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