Julia
Soria nació en 1949 en La Mallona, una pequeña y hoy casi deshabitada aldea
soriana perteneciente al municipio de Golmayo. Cuando apenas tenía dos meses,
sus padres emigraron a Barcelona, donde pasó su infancia y sus primeros años de
juventud. Se enamoró y se fue a vivir a París con su novio francés. Por
traslado laboral de su marido, vivió en Brasil quince años en Río de Janeiro. Divorciada,
volvió a España, trabajó en Madrid y se licenció en Traducción e Interpretación.
Recientemente, se formó como narradora en la Escuela de Escritura del Ateneo de
Barcelona. Con 73 años, la exquisita Alba Editorial ha publicado recientemente su
primera novela, “Campos azules”, en la que rememora una estancia con sus
abuelos en su localidad natal soriana, cuando la escritora tenía once años y la
España rural daba sus últimos coletazos antes de su masiva despoblación.
“Campos azules”, de título con reminiscencias
machadianas, está narrada en primera persona y se nutre principalmente de las
propias vivencias de la autora. Aunque, como ella misma ha señalado, hay
también obviamente en la novela algunos elementos de ficción que condimentan
acertadamente la condición literaria del texto. El relato se inicia cuando la
narradora, una mujer de sesenta años en ese momento, viaja junto a su hermano
al pueblo de Soria en que nació para intentar arreglar la abandonada casa
familiar y ayudar así a su madre en su propósito de venderla mejor. En su
estancia en la ruinosa vivienda, afloran en la narradora los sentimientos y los
recuerdos del pasado a través de un cuaderno que ella escribió siendo niña. El
relato se traslada a los años 60 del pasado siglo XX, cuando Julia tenía once
años y para intentar curarse de una enfermedad fue enviada por sus padres al
pueblo, donde vivió una estancia de ocho meses en casa de sus abuelos maternos.
Allí, descubrió la vida rural de aquella época en que las duras labores del
campo y el incesante trabajo familiar ocupaban plenamente el tiempo de los
hombres y las mujeres del pueblo. Entre los diferentes personajes de la
narración, emerge con fuerza la figura de la abuela, verdadera bastión de la
familia, una mujer sencilla y analfabeta, cuya fortaleza y sabiduría deslumbran
a la niña y con la que esta mantendrá siempre un poderoso vínculo afectivo.
Julia es una chica de ciudad encandilada por la vida del pueblo que, además del
nacimiento del primer amor, vivirá también una trama detectivesca, con tintes
de drama rural, que ella misma intentará desentrañar en una investigación con
los demás niños del pueblo.
Escrita
con cierta melancolía pero sin sentimentalismos superfluos, con mucha
delicadeza y sencillez y con una prosa sólida y bien construida, que incluye
palabras y expresiones propias del lugar, “Campos azules” es, en buena medida, una
hermosa crónica de un periodo reciente de la historia de nuestro país. De la
vida rural de una época en que los pueblos aún estaban llenos de vida, de los duros
trabajos agrícolas, antes de la llegada de las máquinas y de la emigración masiva
a la ciudad, del trabajo abnegado, constante y callado de las mujeres (desde la
colada hasta hacer el pan), de las palabras justas, de los silencios, de unos
personajes recios y nobles y “poco demostrativos” de sus sentimientos… Pero
también de la irrupción de la violencia y la brutalidad, de la intransigencia y
la crueldad más despiadada con quienes se apartaban de las estrictas normas
morales del momento. De un pasado que quienes tenemos ya ciertos años hemos
visto en sus estertores y del que sin duda procedemos. Como procede de él la
autora del libro: “Me conmueve pensar que mi verdadera identidad está ahí. De
esos garbanzos, de ese salvado y de ese trigo provengo. De la sencillez de una
vida difícil y del esfuerzo de unas personas que labraron algo más profundo que
los surcos de la tierra”.
A
partir de sus recuerdos y vivencias, Julia Soria ha recreado de manera
fidedigna y realista la vida rural de un pequeño pueblo de la meseta
castellana, el inicio de una nueva vida con sus padres en una Barcelona a medio
construir en sus barrios destinados a la primera emigración procedente de otros
lugares de España y el desmoronamiento de esa España rural, luego vacía y vaciada,
que hoy lucha por renacer de sus cenizas. Además de una hermosa crónica,
“Campos azules” es un homenaje, lleno de ternura y agradecimiento, a aquellos
hombres y mujeres del campo que, desde su forzada ignorancia, su sencillez y su
trabajo abnegado, forjaron lo que luego fuimos y contribuyeron a construir un
futuro mejor, en el que tal vez hemos olvidado en demasía los sólidos valores
que ellos atesoraban y que a su manera nos legaron.
“Campos azules”. Julia Soria. Alba Editorial. 2022. 320 páginas.
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